jueves, 31 de diciembre de 2015

Gracias mundo, feliz año nuevo.


Quedan pocas horas para acabar este año, un año con tantos cambios que jamás lo habría imaginado.

Mi vida ha dado un giro inesperado, el comienzo no fue bueno, echaba de menos a un pilar importante que se fue de mi lado, mi padre, los días han pasado y cada día lo sigo recordando.

La sonrisa siempre presente en mis labios, tengo dos hijos y tenía que levantarle el ánimo. Los meses pasaron y nuevos acontecimientos me mantenían al frente, momentos  muy buenos y también muchos malos.

Conocí gente nueva, muchos de ellos me ayudaron día a día y aún continúan a mi lado, personas que ni conozco  y  los siento a mi lado. Intento corresponderles escuchándolos y dándoles muchos ánimos.

También en este año mi vida se rompió en mil pedazos, empezar de cero dejando atrás lo que conseguí con tanto trabajo en todos estos años.

No soy materialista, nunca me ha importado, pero si reconozco que duele observar las ilusiones rotas, de una vida que no estaba destinada a continuar.

La vida me sonríe, tengo las fuerzas necesarias para avanzar, nuevas ilusiones, sensaciones, momentos que nunca voy a olvidar (gracias) y sobre todo tengo lo más importante, no sé cómo poderlo explicar, no tengo palabras, mis hijos son mi vida, los que cada día me hacen sonreír y luchar, los que hacen que mi corazón lata orgullosa de ser su madre y poderlos cuidar.


Gracias mundo por estar a mi lado una vez más, os deseo para este nuevo año que comienza un sueño cada día, una sonrisa y un  alegre despertar. 


Enmanuell L 31 de Diciembre de 2015



domingo, 20 de diciembre de 2015

Confesiones de una amiga (trio)


Hacía tiempo que no me encontraba con ella, era mi mejor amiga de la infancia y me hizo mucha ilusión volver a verla.

Tras los correspondientes saludos y preguntas necesarias para ponernos al día, la pregunta era de lo más común ¿tienes pareja?

Yo hacía un tiempo que me había divorciado y ella se entristeció al saberlo, sin apenas darme tiempo por su cara comenzaron a recorrer lágrimas fugaces que ella intentaba retener, cogí su mano y como siempre le había dicho, la anime a contarme lo que le ocurría. El camarero sirvió los dos cafés que habíamos pedido, ella miro a ambos lados para asegurarse que la terraza estaba desierta, solo nosotras dos.

Sonrojada comenzó a delatarme el motivo por el que su mirada parecía ausente.

-Como ya sabes, mi relación con Miguel es rutinaria, los años se han encargado que nuestra vida sexual sea acomodada y tranquila. Cada año nuestra empresa recompensa a sus trabajadores con un fin de semana de convivencia.  Este año el lugar elegido fue en una cabaña de alta montaña.

Pasamos el día paseando y haciendo juegos entre los compañeros, dos de ellos Salvador y José, no dejaban de observarme cuando me correspondía a mí involucrarme en ellos. Sus miradas recorrían mi cuerpo lascivamente. Al caer la noche echaron a suertes las cabañas, Miguel, Salvador, José y yo. 

Cenamos entre risas y miradas insinuantes, mi vestido entallado de color verde me quedaba bien.

Al acabar la cena decidimos acomodarnos en el salón pasando el tiempo con juegos de mesa. El calor de la chimenea comenzó a ser pesado para Miguel, su dolor de cabeza incremento y decidió ir a descansar, me ofrecí a ir con él pero bajo ningún motivo lo consintió, con un beso se despidió hasta el día siguiente.

La noche continúo con el juego, Salvador propuso incentivar el juego, penalizando al perdedor de cada partida a tomar un chupito de tequila. El juego de cartas nunca fue mi fuerte y fui la que más rondas perdió, en cada una de ellas perdía una prenda, quedando desnuda frente a ellos y un poco embriagada. Deje mi cuerpo caer sobre el sofá un poco mareada.



  Las palabras de mi  amiga me hacían ponerme en su lugar pero en vez de preguntarle nada decidí dejarla continuar.

-Mi vista nublada y la embriaguez de mi cuerpo me hacían reír, frente a mi Salvador y José me miraban con deseo, acercándose a mí paulatinamente, Salvador tomo la iniciativa acariciando mis piernas delicadamente, José acariciaba mis pechos pellizcándolos con las yemas de sus dedos, 

Salvador subió sus manos por mi cintura levantando mi cuerpo para ser él quien, sentado en el sofá, mantenía mi cuerpo.

Con una de sus manos atrapo mi pello llevando mi boca a su boca, su mano recorrió mi cuerpo hasta llegar a mi clítoris acariciándolo hasta humedecer sus dedos, José acariciaba mis muslos observando a su amigo. Por un instante recapacite pidiéndole dejar el juego, su mano callo mi boca al tiempo que sus palabras me animaron a seguirlo ´´vas a disfrutar mucho nena, no te resistas´´ sus dedos aceleraron el ritmo provocándome un enorme orgasmo, sonrío levantándose del sofá, mirándome fijamente desabrocho su pantalón dejando su gran verga frente a mí, me tendió la mano ofreciéndome su miembro, lo acerque a mi boca introduciéndolo suavemente hasta mi garganta, una arqueada me hizo retroceder, rápidamente su mano detuvo mi escapada siendo él quien dirigía boca.
José, sentado en el sofá observaba sin pestañear, continuaba tomando tequila  mientras se masturbaba.


Salvador dejo nuevamente caer mi cuerpo en el sofá, dirigió de nuevo su pene a mi boca, sus gemidos me excitaban, José decidió unirse al nuevo juego, besando mis muslos hasta llegar  con sus dedos a mi clítoris, mi cabeza iba a mil por hora siendo el centro del deseo de dos hombre que me dedicaban mucho placer, deje de pensar cuando José deposito sus labios en mi clítoris hasta llevarme al segundo de mis orgasmos.
Salvador volvió a ser el protagonista, con una mirada José quedo en un segundo plano, arrodillado frente a mí levanto mis piernas, sentí su verga acariciar mi clítoris, su mano en mi cuello, sus labios en mis labios, comenzó a dedicarme fuertes envestidas hasta saciarse, el placer me invadía sin darme cuenta que era José quien me besaba y acariciaba mis pechos con deseo.
Frente a la chimenea, guiaron mi cuerpo quedando mi clítoris a disposición de Salvador y mi boca a José, durante cinco minutos me disfrutaron ambos.
El sudor de nuestros cuerpos pedía una nueva postura,  Salvador reclamo el sofá invitándome a ser yo quien llevará el ritmo de las nuevas embestidas, José volvió a unirse al juego penetrando mi ano, mi cuerpo casi desfallecido estallo en el último de mis orgasmos.
-quede sin palabras ante lo que mi amiga me había relatado, por un momento no supe que decir, la excitación se había apoderado de mí.




Ella continuaba tomando el café ya frió con la mirada perdida.
-¿Volverás a verlos? – fue la única pregunta que vino a mi mente.  Su contestación no era necesaria, su sonrisa me lo confirmo.

       

                                             Enmanuell L 21 de Diciembre de 2015

martes, 15 de diciembre de 2015

Un baño especial


El semáforo en rojo, uno de tantos atravesando la avenida principal de la capital, respiro, lo intento, las lágrimas no piden mi permiso al recorrer mi cara. El deseo de llegar a casa es cada vez mayor, el día de hoy ha sido tan largo que no encuentro el final.

Llego a casa cargada con mis responsabilidades y el ánimo demasiado bajo, dejo caer en la entrada la pesada colada, me dirijo a la cocina cogiendo un vaso, dos cubitos y un poco de wiski, no, no es vicio, es necesidad de desconectar.

Mi móvil sobre la mesa del salón no deja de timbrar, no deseo saber nada de nadie y decido no contestar, prendo la llama del calentador, el lavadero aún conserva el helor de la noche, giro la manivela de la puerta y me dirijo al baño.

Dejo correr el agua en la bañera, hoy necesito un largo baño, es necesidad. Poco a poco el baño se cubre con el vaho del agua al caer, dos de las velas posadas en el lavabo me van a acompañar, la cálida luz que desprenden comienza a relajarme.



Si, hoy te necesito, en pocas palabras te pido la música que acompañe mi baño y no tardas en contestar. 

Las dos tímidas llamas de las velas desnudan mi cuerpo frente al espejo, tú música me acompaña, me conoces muy bien y sabes la melodía que me puede relajar.

Gravity- John Mayer, un poco más de volumen, me dirijo a la bañera, las sales y la espuma me esperan y me dejo llevar.

El calor del agua quema mis pies al entrar, no me importa, por un momento dejo de pensar, sumerjo mi cuerpo deslizándome por la bañera hasta dejar mi cara cubierta por tan deliciosa paz.

Si, pienso en ti, al fin me invade la tranquilidad, dejo que mis manos recorran mi cuerpo cubiertas de espuma sabor a mar, mi vientre desaparece casi sin pensar dejando mis manos recorrerlo con la suavidad de la espuma que produce el agua al caer sobre el gel que acabo de agregar.

Mis pechos, tensos de tan largo día, comienzan a disfrutar del relax que a través de la música me haces disfrutar.

Te deseo aquí y ahora, dejándote mimar, agradeciéndote el calor que me das.




Mi cuerpo resbala hundiéndose en el calor que el agua me da, te imagino a mi lado, dejo que mis manos ocupen tu lugar, tu suavidad se deja sentir en cada nota de la música que me acabas de mandar.

Eres especial, lo eres, me lo demuestras con tu amistad, con tu cercanía en mi mente, con la distancia que nos separa y a veces no se deja notar.

Te quiero amigo mío, no temas un sentimiento que declaro con humildad, nunca  debes de olvidar, que te quiero de verdad.

                          Enmanuell L 15 de Diciembre de 2015

  

lunes, 14 de diciembre de 2015

Cita de Sábado noche (tercera parte)



La vuelta a mi casa fue relativamente tranquila, en parte, habíamos saciado el deseo que nos invadía.

La puerta del aparcamiento volvió a marcar el camino de sus dedos sobre mi pierna.

Al aparcar, la oscuridad que nos envolvía desato nuevamente el juego entre nuestros labios, la lucha   entre ambos acababa de empezar.

Furtivamente recorrimos el poco espacio que nos separaba del ascensor, un espacio reducido donde su cuerpo y mi cuerpo ardían nuevamente, mis dedos desabrocharon dos de los botones que cubrían mi pecho, invitando a mi acompañante a jugar.





Una fugaz mirada al abrirse la puerta para comprobar la soledad del rellano, nuestros pasos acelerados alcanzaron la puerta de entrada, una vez dentro, la liberación que sentimos nos hizo cómplices.

Él conocía bien la estancia, se dirigió a la cocina dejando sobre la mesa el vino elegido para la cena, yo me dirigí al dormitorio, la agresividad de nuestro encuentro en el polígono había destrozado una de mis medias, el calor de su aliento sobre mi cuerpo y su voz entrecortada me hizo temblar, roce con mis dedos su cara, su cuello, sus dedos recorrieron mis labios introduciéndolos en mi boca, donde gustosamente, acaricie con mi lengua al tiempo que desabrochaba su camisa.

   Disfrute del tacto de su piel durante cinco minutos, siendo consciente del tiempo que llevaba la cena en el horno.

-¿Te apetece una copa de vino?- su afirmación relajo el momento, descorché un vino blanco semidulce destinado al aperitivo.

Con una copa en cada mano me dirigí nuevamente al amplio salón, ataviada solamente con mi picardías. Él, relajado descansaba sobre el sofá, leyendo los últimos mensajes de su atareada agenda.




Deslizándome sobre sus piernas le ofrecí la copa, aceptó el sorbo de vino que le ofrecí de mis labios, su mano recorrió mi espalda acercándome a él.  Bajo el tanga su glande buscaba mi calor.  Su mano se abalanzo sobre  uno de mis pechos, llevándolo a su boca.

Las copas de vino sobraban en nuestro juego, me deje caer sobre sus piernas quedando frente a él arrodillada, acaricié con la yema de mis dedos sus piernas atrapando su ropa interior a mi paso, su mirada y mi mirada desencadenaba el morbo que ambos deseábamos.

Volví nuevamente sobre mis pasos, esta vez con mi lengua, dejando marcado en su piel el deseo que me invadía.





Su temblor era patente, mis labios lo excitaban, mi lengua le quemaba y yo disfrutaba cada momento, con un leve movimiento mi húmeda lengua acaricio sus testículos, su pene incremento su tamaño con el calor de mi boca, lo recorrí  lentamente con dulzura.


Bese su húmedo  glande deseoso de mis labios, jugué con él, acaricie su pene con mi tímida lengua, mis ojos quedaron huérfanos de su mirada, el suspiro de su boca me invitaba a continuar….



         Enmanuell L 14 de Diciembre de 2015


viernes, 11 de diciembre de 2015

Cita de Sábado noche ( segunda parte)



  -Me apeteces ahora- mis palabras susurradas a su oído incrementaron su nerviosismo.

 Quería hacerlo mío en ese preciso momento, devoraba su boca al tiempo que daba instrucciones hacia el destino que tenía planeado.




La temprana hora hizo imposible cumplir mi deseo, las constantes idas y venidas de los automóviles nos delatarían al momento, buscamos un lugar más discreto, mi mano acariciaba su entrepierna deseosa de poseerlo, mordía sus labios locamente, mi excitación crecía por momentos con cada uno de sus suspiros.

Recorrimos unos pocos metros encontrando un polígono casi abandonado, el motor del coche se detuvo en el primer lugar seguro que creíamos seguro. El asiento del pequeño coche se deslizo, mi cuerpo temblaba con cada una de sus caricias, sentía el ardiente deseo que recorría y humedecía mi   sexo.

 No dude en hacerlo mío, posándome sobre él.

Descubrí su pecho, mordisqueándolo, su boca me atraía, haciendo mi voluntad irresistible a él.

Deslice mi pierna sobre su cuerpo, mi tanga quedo entre sus dedos dejando libre la entrada de su pene en mí. El grosor de su miembro desgarraba el estrecho y húmedo vacío de mi cuerpo.





Un intenso placer me invadió, arqueando mi espalda, para volver a tomar el control sobre mi cuerpo  y dejarme llevar por el vaivén que yo misma provocaba. Sus manos aceleraban mis caderas, sentía su pelvis golpeando mi clítoris, los tres primeros orgasmos de la noche fueron consecutivos.

Desfallecí sobre su pecho sin dejar libre mi tesoro, un tesoro impaciente por derramar sobre mis labios su deseo.

En grandes dosis su deseo cubrió mis labios, decidí hacerle compañero de juegos  en mi deleite.

La luz de dos faros acercándose nos alertó, la adrenalina nos hizo reír al mismo tiempo que recomponíamos nuestra ropa.

-¿Cenamos?- Mis palabras cargadas de intención fueron aceptadas de buen grado, el motor se puso en marcha dirigiéndonos a un lugar más íntimo donde…..


             Enmanuell L 11 de Diciembre de 2015



martes, 8 de diciembre de 2015

Cita de Sábado noche ( primera parte)



-Quince minutos y emprendo el camino- Era el mensaje que esperaba, el día  había sido muy largo en el trabajo, solo la próxima cita me hacia sonreír.
Tan solo restaba una hora para que llegara y aún tenía mucho que hacer, en mis fantasías había creado escenas que deseaba se hicieran realidad.
La cena a medio preparar, el agua de la ducha me invitaba a sumergirme en ella, mi ropa interior sobre la cama, un picardías de encaje negro solo acompañado de un pequeño tanga, medias de encaje, zapatos vertiginosos a juego. Sería su regalo.



-Te espero-  mi cigarrillo se apagaba en el ventanal al ver su llegada. Termine de arreglarme, minifalda, fular y una simple gabardina eran mis complementos. Tras de mi apague las luces de casa y me dirigí al ascensor, que siendo mi cómplice me esperaba a mi llegada.
Con paso decidido salí a su encuentro, él se encontraba en el  automóvil con las luces de posición,   su amplia sonrisa me recibió, el motor se puso en marcha, emprendimos un camino decidido al azar, el brillo de sus ojos y sus halagos me invadían.
-Tengo un regalo para ti- me sentía con ganas de jugar,  encender su pasión.
Despacio comencé a descubrir el picardías que tan celosamente guardaba, su respiración comenzó a acelerarse, su mano no pudo resistir tan insinuante invitación a recorrer mi pecho.
Los kilómetros comenzaron a ser segundos cargados de ansiedad, me acerque a su boca, sus labios desprendían el deseo que yo buscaba, lo absorbí con voracidad, mi mano jugaba con el roce de su vaquero excitándolo a continuar mi juego.




Apoyada en el respaldo de mi asiento, acabe de descubrir mi cuerpo para él, la velocidad incrementaba, sus ojos recorrían mi cuerpo, sus manos acariciaban mis piernas con deseo, el calor me invadía ofreciéndome a él. Sus expertos dedos alcanzaron mi clítoris, mi cuerpo arqueado floreció a su tacto, las descargas que me producían me recorrían sin cesar, el continuo vaivén de sus miradas intentando controlar su pasión y la velocidad me excitaba, acabando en un intenso orgasmo.
Tras sobreponerme era mi momento, desabroche su cinturón, el botón de su pantalón, baje la cremallera que se interponía entre mi deseado destino y yo. Bese sus labios con ardiente pasión mi mano acaricio su pene erecto. El sonido de su asiento al retroceder, me hizo reparar a la velocidad que nos encontrábamos, no sentí miedo, me excito más.
Dibuje con mis dedos el camino a seguir, sus labios, su barbilla, su cuello, su pecho protegido por un chaleco.
Su mano guió mi cabeza bajando con firmeza hasta su pene que sobresalía de su bóxer, mi lengua saboreo el delicioso manjar que me esperaba. El sabor ácido y adictivo que hizo mi deseo implacable.
Mis labios rozaron dulcemente el rojo fruto de su entrepierna, lo bese con devoción dejando, su mano dirigió cada uno de mis movimientos………    


          Enmanuell L 8 de Diciembre 2015


sábado, 5 de diciembre de 2015

Pasión en el velero



José era un chico de cuarenta y pocos años, el único chico que frente a la terraza del local miraba el mar. Sentí curiosidad y decidí acercarme  dando un paseo.
En sus ojos se reflejaba el cálido color azul que desprendían las olas al romper. La charla fue muy amena, cortésmente se presento invitándome a una copa de vino.
Escucharlo era sentir sus mismas inquietudes. Las siguientes dos horas pasaron sin advertirlo, dando lugar a una próxima cita en su yate.
Dos meses después, un mensaje en mi móvil me recuerda la cita con José, pasaría unos días en Marbella y le gustaría verme. No daba crédito, releí una y otra vez sus palabras dudando de mi misma ¿me atrevería a acudir a la cita?
No debí de pensarlo mucho puesto que esa misma tarde me dirigí a Marbella. Quedamos bajo las grandes letras que daban la bienvenida a los turistas, ya que era la primera vez que la visitaba.  
Nos dirigimos al puerto deportivo donde tenía el amarre de su velero, tendió su mano invitándome a subir. Él sonreía al ver mi cara.
Paseamos de popa a proa, me parecía irreal encontrarme en aquel lugar. Por un momento dejo de estar a mi lado, el chapoteo del cabo al caer al agua llamo mi atención, nos adentremos en el mar sin decir palabra, solo disfrutaba del atardecer que me envolvía.






Llegado el momento el velero se detuvo, su mano se deslizo por mi cintura y con una sonrisa me invito a conocer el interior del barco.  Todas las estancias decoradas de una forma muy coqueta a la para que varonil, detalles de su tierra sobresalían.
Recorrimos cada uno de los camarotes,siendo el suyo el último en visitar.
Una vez dentro del camarote, la cercanía entre ambos era menor, su mano acaricio mi cuello recorriendo mi barbilla sin dejar de mirar mis ojos, sus dedos acariciaban  con suma  delicadeza mi cuello erizando mi piel. El balanceo de las olas nos hizo caer en la  cama, sus labios atraparon mis labios dulcemente, sus besos apasionados cargados de ternura hacían de mi la más fiel de sus enamoradas. Un simple giro de mi cuerpo dejo mi espalda a su merced. Bajo la cremallera de mi vestido acariciando con mimo mi vientre, sus dedos juguetones se introdujeron en mi tanga buscando excitarme más si era posible, mis gemidos fueron atrapados por su voraz boca sin dejarme aliento, jugaba con mi cuerpo dejándolo caer sobre la gran cama, quede a su merced, sus lentos movimientos me hacían desearlo cada vez más. Sus labios jugando por mi canalillo llegaron a mis pechos, rozando mis pezones sin quitar mi sujetador, sus dedos presionaban mis pechos sin piedad dibujando  el camino de su lengua, calor, mucha calor sobre mi clítoris, su aliento al abrir las puertas de mi deseo me quemaba, lo deseaba de una forma incontrolada, sonrío al comprobar el movimiento de mis caderas pidiendo el placer que me concedía.
Apoyado sobre sus rodillas me tendió la mano, su juego acababa de empezar, deslizo su mano por mi cintura acercando mi ardiente cuerpo a su verga, sus labios me mantenían prisionera, me dejo caer lentamente sobre su pene introduciéndolo como un puñal incandescente. El increíble orgasmo no tardó en llegar, mi cuerpo pedía más, aceleraba mis movimientos vanamente ante sus manos que con firmeza me pedían calma.  Jugué a su juego y me deje llevar, con cada orgasmo mi deseo hacia el crecía mas.


Dejó mi cuerpo caer nuevamente sobre la fría sábana de seda, dedicó sus dedos exclusivamente a darme placer, instintivamente mi mano acaricio su verga dejándome por un  momento disfrutar de él, saboree con mis labios el rojo y palpitante glande saciándome de sus embestidas cargadas de semen.
Me derrumbe temblorosa, su lengua comenzó a recorrer mi espalda sin darme tregua dilatando mi ano, era su próximo destino y no pensaba ceder.
Un cosquilleo hizo que mi espalda se arqueara, la mezcla de placer y dolor me recorría, despacio  su verga abría el estrecho canal que estaba decidido a probar.
Sus dientes sobre mi cuello desviaban mi atención, de un seco golpe comenzó a acelerar el ritmo de su cuerpo, un extraño placer me invadía, quería más, deseaba más, de repente me vi siendo yo la que buscaba cada una de sus embestidas, los gemidos de ambos eran cada vez más acelerados hasta sentir el ardiente semen sobre mi espalda.
Sin respiro, sin pausa, sus manos masajearon mis pechos,  fui yo quien se abalanzó sobre él dejando sus manos a mi voluntad, deje que su boca jugara con mis pechos, me deslice sobre su cuerpo sintiendo su miembro nuevamente entrar en mí. Los orgasmos se repetían sin  cesar, la respiración comenzaba a faltarme y aun así continuaba deseándolo.  Tenerlo bajo mi poder me excitaba, mis brazos lo rodearon  con el ánimo de calmar su sed, cosa que no conseguí. Sus dedos reemplazaron su pene, mis ahogados gemidos me dejaban sin aliento, el movimiento circular sobre mi clítoris me mantenía encendida.



Mordió mi labio inferior sin dejar de mirarme, sus brazos rodearon mi cintura clavándose en mí, los orgasmo fueron simultáneos, nuestros cuerpos agotados cayeron sobre la cama.
Dos horas después desperté sola en el camarote, José sonriente admiraba el mar, me brindo una copa de vino, el atardecer nos acompañaría una noche más.



          Enmanuell L 5 de Diciembre de 2015

viernes, 20 de noviembre de 2015

Descubriendo el olivar

El viaje por Andalucía era uno de mis sueños. Decido no pensarlo más y tomar rumbo a Jerez, en los próximos días se daría lugar un gran acontecimiento a nivel nacional.
A la hora prevista llego al hotel, la habitación es sencilla, dos camas, una sencilla mesita, un aseo con ducha, el color gris de la cortina entristece la pequeña estancia, sin pensarlo mucho sonrió, solo será mi refugio en las horas de descanso.
Sin detenerme a deshacer la maleta, recorro la mayor parte de tan bello pueblo andaluz. Las fotografías recogen la cálida luz que acariciaba mi rostro, dejando impreso la alegría de las sencillas personas con las que me encontró.
Una de las tabernas me llama la atención por la alegría que desprende y alegra la calle.
El bullicio despierta en mí el deseo de entrar y saciar tanto mi curiosidad como el hambre que ya  acompaña.
Sentada junto a la barra, observo un grupo muy animado que sonríe y brinda por una larga amistad, entre ellos un atractivo hombre maduro sobresale por su sonrisa y simpatía.
El montadito de lomo que acompaña a la cerveza disminuye entre sonrisas sin dejar de observar al protagonista del grupo. Su mirada se cruza con la mía dejándome sin aliento e intentando disimular el nerviosismo que me  provoca.
La invitación del desconocido no tarda en llegar, se lo agradezco brindando con él en la distancia, cosa que el caballero no admite, con una sonrisa se acerca a mí.
-Hola, mi nombre es José ¿y el tuyo?
-Me llamo María, gracias por la invitación.



La tarde va poco a poco desapareciendo en una conversación animada, con la llegada de la noche me despidió justificando mi partida por la temprana hora que reemprendo mi viaje, él aprovecha el último momento invitándome a visitar Jaén, lugar donde reside.
El conducir siempre me ha relajo y decido poner en marcha el motor del coche sin destino, disfrutando de los paisajes que me concedían las carreteras nacionales. Dos horas después me encuentro recorriendo  un mar verde.
A ambos lados de la carretera, cientos de olivos  cubren cada palmo de terreno recordándome la invitación de José. Decido mandar un  mensaje aceptando la invitación y en tan solo media hora, José es encuentra sentado a mi lado en la pequeña terraza del bar donde  lo espero.
José luce una impoluta camisa blanca, corbata de rayas azules y  pantalones negros,  me  parece una escena de lo más sexi, muerdo mi labio inferior, sonrió consciente de que mis pensamientos no son los más apropiados.
La melodía de su teléfono le hace fruncir el ceño, un acto que activa un hormigueo en mi estómago , tardando unos segundos en poder controlar. El calor comenzaba a ser notorio, me dedica una sonrisa perversa mientras me invita a visitar el pueblo y los alrededores.
Sin dudarlo acepto su invitación, emprendemos el camino paseando por las estrechas calles, el calor comienza a ser agobiante, como un caballero se ofrece ayudándome a desprenderme de mi chaqueta, sus dedos rozan mi nuca antes de alcanzar el cuello de mi chaqueta retirándola con excesiva lentitud, como si estuviera desenvolviendo un delicado regalo.
 Me centro en sus ojos, me contempla con ojos confusos, como si me conociera, no me dejo intimidar, llevo mis manos al nudo de su corbata para aflojarlo y posteriormente, retirarle la corbata con cuidado.
Nuestros pasos nos guían a uno de sus terrenos, un extenso olivar. En cuanto nuestros rostros vuelven a encontrarse, continúo el juego que, de forma sutil, hemos iniciado. Desabrocho los botones de su camisa, empezando por arriba para ir bajando dejando su torso al descubierto, sus ojos fijados en mis labios, sin duda es uno de esos hombres que le gusta cuidarse. Sonrió con complicidad quitando mi camiseta, exhibiendo frente a él mi sujetador de encaje negro.
-Ahora creo que deberías quitarte eso- digo señalando su pantalón oscuro.
Desliza sus manos tras la espalda concediéndome el privilegio de hacerlo por él. Decidida desabrocho el cinturón, hago lo mismo con los pantalones y seguidamente los deslizo por sus piernas hasta retirárselos por completo.
-¿Y ahora qué? –Pregunto reprimiendo una sonrisa- mi falda parece ser lo único que sobra.
- Tienes razón, no combina con el paisaje.
No lo pienso más y desabrocho la cremallera de mi falda, dejándola resbalar por mis piernas desnudas hasta detenerse en mis tobillos, me acerco a este hombre tan atractivo que sigue observándome con detenimiento, nuestras miradas se congelan seguidas por un silencio en el que los dos comenzamos a respirar con irregularidad.
Su cuerpo colisiona contra el mío pillándome desprevenida, sus manos rodean mi cintura haciéndome sentir la presión de su entrepierna clavándose en mi ingle, me dejo llevar devolviendo cada uno de sus besos con desesperación, mis manos acarician su ardiente piel.
Arrastro mis labios por su pómulo hasta llevarlos al lóbulo de su oreja, lo presiono levemente con los dientes, el encaja su rostro en mi cuello. Gimo en su oreja al sentir su cuerpo completamente enganchado al mío, sus manos acarician mis muslos centímetro a centímetro acercándome a él. Acaricio su entrepierna sintiendo su dureza en mi mano.
Mi caricia le gusta, su cuerpo reacciona en el acto, parece estar ardiendo.
-¿Te excita la idea de que puedan vernos-  me susurra separando sus labios de los míos.
-No más que a ti- susurro entre sus labios. Sonrío fundiéndome en su cuerpo, jadea en ese instante desabrochando mi sujetador haciéndome reaccionar mi cuerpo, rodeo su nuca con mis manos besándolo con voracidad desmedida, el roce de sus manos contra mis pechos estimulan mis pezones endureciéndolos.
Bajo su bóxer hasta medio muslo, no me da tiempo a deleitarme con su erección, una de sus manos desliza mi tanga percibiendo mi humedad, utiliza su segunda mano para separar mi pierna derecha, quedando mi sexo a su disposición, el placer me sacude cuando roza con su miembro las puertas de mi vagina, jadeo al sentirla dura y resbaladiza deleitándome adaptándome a su grosor, muevo mis caderas ansiosa, no cede a la demanda de mi cuerpo y detiene la penetración..
-No pares- susurro con el pulso acelerado.
-¿Qué quieres?- mordisquea cuidadosamente mi barbilla.
-Ya lo sabes- contesto desesperadamente.
-Quiero oírlo- su morbosa insistencia consigue excitarme aún más.
-Métemela….
Su pene invade mi vagina alcanzando más profundidad de que imagino, me llena por dentro, escucho el sonido seco de sus testículos chocar contra mí, me dejo llevar por el constante balanceo, fuerte, dominante, mi cuerpo se acopla con el suyo sin dejar el mínimo hueco entre nosotros, lo necesito, anhelo su ferocidad más que cualquier cosa.
-¿Así te gusta- susurra con la voz entrecortada.
-Siii – contesto entre gemidos.
Un nuevo sonido proviene de él, consigue aturdirme tensando mi cuerpo precipitando en mi un incontrolable placer que me lleva al orgasmo entre desmedidos jadeos al tiempo que él libera su densa carga en mi interior.

Enmanuell L 21 de Noviembre de 2015




miércoles, 18 de noviembre de 2015

Amor de madre

En la vida a  veces te sorprendes y creo que es lo que te hace luchar día a día.

Hoy ha sido un día de esos que no esperas, ¿cómo imaginar que por una necesidad puedes acabar teniendo lo que necesitas?

No suelo creer en la suerte, nunca me ha acompañado, pero no sé cómo explicar este día.

Sé que en esta vida tienes que luchar por lo que quieres y valoras, desde que me levante es lo que he hecho, luchar por lo que quiero y agradezco que por una vez, encuentre buenas personas que dan un respiro a este sin sentido en el que me encuentro.

Siempre sonrió, es  mi forma de ser, incluso cuando me encuentro hundida por luchar sola ante esta vida. No sé porque  me extraño, he decidido en cada momento lo que quería cuando despertaba día a día.

No siempre ha sido lo más adecuado ni lo que cualquier persona asumiría pero tengo conciencia y lo que sí quiero es poder dormir tranquila.

Quizás no siempre he sido lo que debería, ni quizás debí dejarme llevar por lo que me apetecía.

Soy humana y en ningún momento hice nada que no me quería, incumplí normas que no sé quién regia, ¿Quién se dedica a imponer la vida? ¿ a quién debería responder ante una herida?

Doy gracias por lo que me ha concedido la vida, dos hijos que me animan a continuar día a día.

Soy madre y repetitiva, lo sé, pero también soy mujer y deseo sentir en mi cuerpo la pasión y la vida.

Gracias a todas las buenas personas que me dedican su tiempo sin pretensiones ni envidia, siempre me tendrán y encontraran en lo posible de mi media.


Soy mujer de palabra, no importa si estoy bien o herida, siempre te recibiré con agrado y una sonrisa.

Enmanuell L 18 de Noviembre de 2015




martes, 17 de noviembre de 2015

Niña de ojos tristes


Que dice tu mirada niña de ojos tristes,  sueñas con un futuro diferente, un futuro  que ahora es pasado, un pasado que pasó demasiado velozmente.  

Una vida feliz que disfrutar en el presente, dejando para el día siguiente, lo que hoy no eres capaz de hacerle frente.

Que oculta tu mirada niña de ojos tristes, que intentas olvidar que ocultas tu mirada con el flequillo que cubre tu frente.

¿Quizás conocías tu futuro y querías esconderte? No huyas niña, sabrás hacerle frente, vive día a día, nadie conoce el presente.

Sonríe niña de ojos tristes, tu sonrisa alienta tristezas escondidas, sonrisas  de gente que tienes frente a frente.


No llores niña de ojos tristes, quizás un día encuentres ese amor diferente. Un amor que quite el pelo de tu frente, dejando en tus labios una sonrisa permanente, la ilusión de una vida que te pertenece. 

Enmanuell L 17 de Noviembre de 2015




viernes, 25 de septiembre de 2015

Mis sueños se cumplieron, mis deseos se incumplieron, y me realidad nunca existió.

Todos pasamos épocas de ´´luto´´.

Bien por lo las personas que  queremos  les llega el final de la vida, o bien porque, llegado el momento, la vida de forma contundente de la vida que creíamos nuestra.

En ninguno de los dos casos es fácil, al principio sientes un cúmulo de sensaciones, la adrenalina te ayuda a superar el instante más duro.

Pasados unos días es una montaña rusa, días en los que sale el sol y te sientes bien por las decisiones tomadas y días que el cielo amanece encapotado y te sientes abatida y triste.

Cuando la vida juega de forma pícara, une ambas, se debe ser fuerte  ( eso es lo que todos dicen) pero uno no decide lo que su corazón, su cabeza o su alma pretende.

Espero ser fuerte, sentir esa fortaleza que un día tuve  y hace mucho tiempo que el letargo la embarga.

Siempre he sabido resolver las situaciones bajo presión y ahora lo intento, tengo dos motivos muy importantes por los que luchar y ser la mujer que un día fui.

Mis hijos son el motor de mi vida, por ellos y por su futuro sé que tendré fuerzas.



 Mi luto es simbólico en parte, el tiempo debe pasar y olvidar asumiendo mi realidad. 

Mis sueños se cumplieron, mis deseos se incumplieron,y me realidad nunca existió. 

Enmanuell L





26 de Septiembre de 2015

viernes, 28 de agosto de 2015

Necesito estar enamorada



Voy a empezar por pedirte un favor, cuando estés solo, esta música te acompañara, sera nuestra  música ambiental para esta noche de letras, que sera especial  ( no me hagas trampa) es como empieza una jornada especial.

https://www.youtube.com/watch?v=WP7AFcyNY8s

Tú terminas tu jornada laboral, llegas a casa, solo la luz de las velas la ilumina, me acerco a ti y te pido que te dejes llevar.

Sobre la mesa, velas de color rojo inundan el salón, te he preparado la ducha para que te sientas cómodo, no tardas en volver a mi lado, sobre la mesa te he preparado una cena ligera, solo un plato, dos copas de vino y la música que nos acompaña.

Brindamos, te beso demostrándote el amor que te  pretendo.

 Nos sentamos a cenar, te miro, me miras,  dejando la cena atrás nos besamos con pasión y deseo, ni el uno ni el otro lo podemos evitar.

Me invitas a bailar la dulce melodía que nos mece, dejando que  nuestros cuerpos se dejen llevar.




Tus labios, tan cerca de los míos, acariciamos nuestros cuerpos con paciencia y mucha intensidad.
te desnudo despacio,  sintiendo tu respiración sobre mi cuello, me conoces y sabes como mi cuerpo se deja desatar.

Es el principio de mi deseo .....  Por y para ti.





Enmanuell L 29 de Agosto de 2015

domingo, 2 de agosto de 2015

Destino..... placer ( Tercera parte)



La blanca puerta de la entrada, se ilumina con nuestra llegada, sigo los pasos de la mano que me guía, soy incapaz de pensar ante su insinuante y cálida voz.

La llave gira al tiempo que su mano me acaricia la espalda invitándome a entrar.

-¿Preparada amor?- sus palabras erizan mi piel intuyendo sus pensamientos.

La chimenea inunda el salón de su casa, su tenue luz deja entrever cada detalle bien organizado.

Siento su cuerpo pegado al mío, el frió intenso se convierte en un calor abrasador al notar la erección de su pene.

Su boca se acerca a mi cuello, besándomelo con delicadeza, sus palabras invitándome a descubrir cada rincón de su casa me hipnotiza.

El suave tacto de  sus manos recorriendo mis caderas, descendiendo por mis piernas dibujando semi círculos perfectos, mi vestido se adhiere al vaivén  de sus movimientos, ascendiendo por mi cuerpo tembloroso.
Su cuerpo despide calor, calor de hombre sabedor de su poder sobre mí, sonríe al notar mis pechos 
erectos al tacto de sus manos.
Su respiración se acelera al compás de la mía, guía mi mano a su vaquero.
-Te voy a hacer sentir toda mi dureza mi amor, te voy a romper toda, voy a saciar el deseo de tu cuerpo recorriéndote con mi lengua, bebiendo el dulce sabor de tu excitación- se atreve a más y se hace espacio entre mi sujetador y mis pechos, amasándomelos  y pellizcando mis  sensibles pezones.

 Mis  tetas continúan siendo castigadas. En un principio, solo permito que me tire suavemente y me magreara, ahora el sostenía los pezones con fuerza y yo era la que se echaba hacia atrás enérgicamente, haciendo el efecto de unas pinzas en mis duros pezones.
 Cada vez que me echaba hacia detrás, el bulto de mi pervertido compañero  se hincaba en mi culo. Espectacular, el placer se dirige directo a mi clítoris, probándome calambres de deseo, deseando ser tocada más a fondo. La música que ha escogido recubre mis oídos evitando percibir sus gemidos indecentes saliendo de su boca, no me  importa, sólo quiero que su deseo no pare. Observó a través del espejo de su dormitorio,  la cara de placer del susodicho al comenzar a masturbar su pene.
 Él abandona mis pechos para meter la mano en sus pantalones y acariciar su pene totalmente empapado en flujos y comenzó a frotar suavemente haciendo que mis ojos  se queden  en blanco. Vuelvo a observarlo a través del espejo, sus ojos no pueden mantenerse fijos en ningún lugar.
Su mano recorre con maestría mi clítoris, dos dedos de su mano me penetran con una embestida seca y  su otra mano  masajea mi clítoris con énfasis haciendo que el orgasmo me inunde.
Mis  piernas se vuelven débiles y comienzan a flaquear, su cuerpo me sirve de apoyo, hubiera caído al suelo allí mismo.
 Observo como disfrutaba con una sonrisa mientras mis orgasmos se repiten  ante él y ante el espejo. 
Aún sofocada, pero sin querer que se separare  mucho de mí, jadea  agarrando su  miembro y le  pido  que me penetre. No se niega a mi húmeda suplica, me besa haciéndose  hueco entre mis  piernas, agarra su verga,  la pasa a lo largo de mis  labios inferiores, acariciando  con su glande mi clítoris terminando por ir introduciendo lentamente el miembro, el glande dentro de mí, metiéndolo y sacándolo varias veces.

 Pretende ir aumentando la profundidad de la penetración lentamente, pero yo  me agarró a su cuerpo, abrió más mis piernas susurrándole..... "No me hagas sufrir... la quiero toda dentro" .
 Agarrándome fuerte de su cuerpo, apretando  hacía mi consigo  excitarle  aún más y empieza a penetrarme con fuerza, con rabia y lujuria. No sé cuánto tiempo aguantare  a este ritmo,  pero me aferro  a él con  mis piernas y brazos, como si quisiera que fueran más potentes aun sus embestidas contra mí.
 Pasado un tiempo, no sé cuánto, se retira, me agarra de la cintura indicándome que me dé  la vuelta,  a cuatro patas, me dirige  al borde de la cama, aun con esa mirada de rabia y deseo contenido, no me hace esperar mucho.
 Rápido, enfila su verga a mí de nuevo y rápido recupera el ritmo de penetración y yo mis gemidos. Mientras me penetra en esa postura empieza a acariciar mi ano,  en un momento dado le indicó que  presione más fuerte en mi ano.
 Así lo hace y pronto empieza  a introducirme  su dedo. Le sorprende la facilidad con la que entra su dedo en mi ano, introduce el segundo dedo, haciéndome  gemir con más intensidad.
Consigue  que entren los dos dedos y los mantiene  un  poco moviéndolos, dilatando mi cuerpo a su antojo.
 Me sonríe al decirme   que va a explorar mi ano con su verga.
Asiento  y le  digo que  lo haga  con cuidado, despacio, primero el glande, empuja despacio, lo introduce y lo saca,  esta notar que se ha dilatado mi ano, a continuación introduce su glande, pero no para ahí, continua empujando dejándome gemidos mezclados con quejas de dolor, mi cuerpo comienza e a recular terminando de meter toda su verga.
 En pocos empujones su verga se deslizaba fácil por mi ano, dejó de quejarse porque me  haga daño y lo único que sale  de mi boca son gemidos de placer.
Me  acaricio el clítoris y sigo  gimiendo, esta situación me pone de lo más cachonda
. En un momento dado, se retira, juega con mi cuerpo poniéndome  boca arriba, agarra un cojín lo pone debajo de mi culo para alzarlo un poco, mis piernas, las dos sobre el mismo hombro y busca de nuevo mi ano, me  penetra de nuevo y enseguida retoma el ritmo de penetración, su cara es maravillosa, al ver el placer que le estoy provocando, viéndolo sometido a mí, viendo como la gusta todo lo que me está haciendo.
Mis piernas empiezan a templar, intenta aguantar más sin llegar al orgasmo, yo cada vez me acaricio con más fuerza el clítoris,  pequeños espasmos estiran mi cuerpo,  el cuello, cierro los ojos y no deja  de acariciar mi clítoris con su mano,  agarrando las sabanas, mi aguante estaba llegando a su fin, noto como me estaba llegando ese momento tan increíble de explotar.


Consigo mi orgasmo veinte o treinta segundo antes, casi al unísono los dos gemimos fuerte, su semen ya no quiere permanecer dentro de él y con varias explosiones increíbles de placer, deja que se lo disfrute.
 El esfuerzo hizo mella en mí dejándome  tirada sobre él besándolo y diciendo que había sido mi mejor experiencia sexual con un hombre. Estuve tendida en su cama diez minutos apenas sin hablar recuperándome y gozando de la experiencia, cuando caí que tenía que regresar de nuevo a mi ciudad me puse en pie me vestí rápidamente y quedé con él que todo esto teníamos que repetirlo.
  Enmanuell L 3 de Agosto de 2015



domingo, 19 de julio de 2015

Hoy te vi


Al fin te vi con ella, escondida tras la gente que paseaba, observe tu cara, ya no vislumbrabas la soledad que a mí me mostrabas.

Ella es toda una candidata, diferente a mí en cada una de sus palabras. Te quiere, te adora, te ríe cada una de tus bobadas.

Ti vi desplegar todas tus armas, armas de seductor maduro, certeras, confiadas.
Sonríes relajado, es tu momento, estas inspirado, seducirla es tu meta, deslumbrarla, atraerla, atraparla en tu diana.

El juego te ha salido mal, ha sido ella quien te ha llevado a su zona de jugar, Una mujer sin problemas, libre, con ganas y fuerzas para jugar.

Te he viso feliz, es lo que necesitabas para seguir, una mujer como ella, insaciable, completa.

No me has visto, no me has sentido cuando he ahogado mi último suspiro.
Tus ojos brillan junto a ella, la abrazas con delicadeza no tienes que disimular, la amas, sin más.



Deseo que seas feliz, ignora mis historias cuando me dirigía a ti, fui un entretenimiento, una locura, un desliz que te entretuvo cuando no eras feliz.

Nada te reprocho, te di lo mejor de mí,  llegaste en el mejor momento de mi vida, oíste mi lamento y me hiciste feliz.

Hoy no me entristezco, no es tu fin ni en mi fin, es el fin de una historia que estaba por descubrir. 

Dicen que el amor es ciego, que no nos podemos reprimir, lo que no nos dicen, es que todo tiene su fin.

 No me lamento, los dos vivimos  y disfrutamos el delirio y el placer que nuestros cuerpos deseaban vivir.

Nos faltaron por vivir, deseos y sueños, que otras personas ahora  nos harán sentir.

Mi cuerpo vibra, mi mente hierve, mis deseos hieren, a ti no te voy a mentir, sabes mejor que nadie lo que puedo dar de mí.

Me apena comprobar que día a día no me interesa tu existir. Cerraste esa puerta abierta que lucho durante años por no morir.

La llave cayo en el mar, el mismo mar que un día me vio feliz, la marea jugo con ella, entre olas, miedos  y bramidos, rompió la brisa que me acercaba a  ti.

Por fin te vi con ella y lo comprendí, ellas es lo que tu necesitabas y no a mí.

Con ella tendrás cosas nuevas, pero nunca el desenfreno y el frenesí que yo te di.

Yo  soy parte tuya como tú lo eres para mí, esa parte que relata el día que te pertenecí.

Deseo que seas feliz, yo lo seré, sin tabúes, sin miedos…lejos de ti.



Existe esa persona que me acompañe cuando sea feliz, que me ame y me bese haciéndome olvidar todo lo que, por amor…..un día sufrí.



Enmanuell L 19 de Julio de 2015

martes, 14 de julio de 2015

Sé valiente mujer, eres digna de respetar. No al maltrato.


¿Cuál  es la  diferencia  entre un maltrato continuado y un maltrato ocasional?

¿Qué diferencia existe entre una amenaza ficticia y una real?

Algunas personas se escudan en su día a día para esconder su personalidad. También existen personas que te hacen sentir especial, te hacen tocar el cielo para luego mostrarte la realidad.

Ambos te dejan huella, te hacen daño y te bajan la moral. Una amenaza puede significar el fin de una persona, amenazar es tan fácil cuando te has entregado de verdad, encontrar las palabras que hieren lo es aún más.

Desengañarse de un sueño que se creía realidad, no, no es fácil, despertar con tal brusquedad.

Menos fácil es dejar todo eso atrás, cuando ya no tienes voluntad, te manejan a su antojo, poniendo límites y barreras donde se creía que había libertad.

No eres libre de hablar, de opinar y reaccionar, eres una persona sumisa, dependiente de su voluntad, tú ya no existes, tu alma quedo atrás.

¿Cuál  es la  diferencia  entre un maltrato continuado y un maltrato ocasional?

Un maltrato continuado se ve muy normal, día a día, se acostumbran a vivir sin soñar, con el respeto que se mantiene,  la vuelta a casa, de quien se cree el rey del hogar.


 Un maltrato ocasional, es aún peor, si lo tienes que comparar, creer que se ha despertado, de un estado vegetal, descubrirse como persona, capaz de soñar y amar, para ser segado ese suspiro en pocas palabras y sin saber cómo reaccionar. 



¿Cuál es la diferencia si los dos hacen daño igual?

Es tan fácil hablar, decir basta ya, denúncialo, déjalo, tú vida volverá a despegar.

Qué fácil es hablar, cuando es a otra persona a quien le ocurre esa realidad.


Sé valiente mujer, eres una persona, digna de respetar.


                                                  Enmanuell L 14 de Julio de 2015 




jueves, 2 de julio de 2015

Anoche, soñé contigo.


La pasada noche soñé contigo, si… contigo.

Era el final de un viaje hecho con delirio, un viaje prohibido.

Llegué sola a la terminal, nadie me esperaba en mi destino, era lo pactado, nadie debía verme contigo.

De camino al hotel, repetía el pacto admitido, vendrías a verme, solo  cuando tus obligaciones te lo hubieran permitido.

La oscura habitación me recibió, reteniendo mi suspiro, este sería nuestro nido, el lugar donde cumpliríamos, todos nuestros deseos prohibidos.

Las horas pasan, el calor inunda mi cuerpo desfallecido, una ducha será mi alivio.

Sábanas de seda cubren el lecho que compartiré contigo.  En la penumbra de la habitación, deslizo mi cuerpo sobre ellas, dejándome seducir por el dulce tacto que eriza mi piel.

Mi piel te llama a gritos, recorriendo el camino con mis manos que será tu delirio.

Mis labios sedosos, sueñan con rozarse contigo, mis dedos temblorosos simulan un beso compartido.



Recorro mi cuello, con calma y regocijo, me estremezco poco a poco, mis pechos esperan con premura la atención que yo les dedico.

Mis dedos humedecidos, acarician con mimo, aureolas encarnadas, deseando tus mordiscos.

Mis piernas se contraen, dejando a flote el primero de mis gemidos, recorro mi cuerpo llegando a mi ombligo.

Círculos de placer despiertan pasiones escondidas en mi olvido, mi clítoris excitado las recibe con desesperación y mimo.

Me dejo seducir, mis dedos inundan mi delirio, mis gemidos son continuos,  convulsiones implacables recorren mi cuerpo dolorido.

Siento tu presencia, tu mirada disfrutando, mi  deseo contenido.

En lo más oscuro de la habitación,  tu sonrisa y tu mirada, me agradecen lo disfrutado contigo.

Si, anoche soñé contigo.

Enmanuell L 2 de Julio de 2015





domingo, 28 de junio de 2015

Destino....placer ( Segunda parte)


Hace pocas horas que estoy en este país,  Argentina siempre fue un proyecto a cumplir.

¿Esteban conseguirá que sea mi pasión tras nuestro encuentro anterior?.....

Sintiendo su aliento sobre mi piel, dejo que mi cuerpo se estremezca, saciándose de un deseo incontrolado.

Rodeo su cintura con mis piernas,  al tiempo que mis pechos son absorbidos por sus labios.

Mis manos recorren su uniforme, despojando con celeridad su cuello, su aroma me invita a saborearlo.  El dulce tacto de su piel me excita, recorro con mis labios su cuello.

Su mano inquieta continua jugando sobre mi clítoris estremeciéndome, su gemido al sentir mis dientes morder su barbilla me hace sonreír, ¿Jugamos?

Su mirada fija en mis labios me reta, acercándose a mi boca de forma amenazadora, muerde mis labios derritiendo cada poro de mi piel, su lengua busca mi lengua poseyéndola con ansia, erizando mi piel.




Sus manos suben por mi cintura sedosamente, haciéndome desearlo incontrolada mente.

La tela de mi vestido recorre nuevamente mi cuerpo cubriéndolo: Ven, busquemos un sitio más íntimo- me dejo llevar por él embriagada de deseo.

Subimos en su auto sin intercambiar palabras, solo su mirada y la mía provocando nuestros cuerpos. 

Su mano sobre mi rodilla, mi mano desabrochando su camisa accediendo a su pecho, el calor que nuestros cuerpos desprenden evita que la excitación decaiga.

Su mano continua subiendo por mi muslo, acercando sus dedos a mi tanga húmedo, sus labios entreabiertos junto a su ardiente mirada, hacen que mi cuerpo se gire involuntariamente sobre el asiento, dejando el centro de mi deseo a su voluntad.

Baja el volumen de la música: prefiero escuchar tus gemidos- Su mano guía mi pie sobre su pantalón volviendo a mi tanga inmediatamente, bajo el, sus dedos recorren mi sexo haciendo doblegar mi cabeza sobre la ventanilla,  mi respiración se acelera al compás que sus dedos me penetran sin piedad. 
Los orgasmos se suceden dejándome sin fuerzas.

Dos cuadras más allá, el auto se detiene, su sonrisa perpetua se convierte en desafío: Llegamos, tenemos toda la noche para disfrutar.


Enmanuell L 29 de Junio de 2015