-Quince minutos y emprendo el camino- Era el mensaje que
esperaba, el día había sido muy largo en
el trabajo, solo la próxima cita me hacia sonreír.
Tan solo restaba una hora para que llegara y aún tenía mucho
que hacer, en mis fantasías había creado escenas que deseaba se hicieran
realidad.
La cena a medio preparar, el agua de la ducha me invitaba a
sumergirme en ella, mi ropa interior sobre la cama, un picardías de encaje
negro solo acompañado de un pequeño tanga, medias de encaje, zapatos
vertiginosos a juego. Sería su regalo.
-Te espero- mi
cigarrillo se apagaba en el ventanal al ver su llegada. Termine de arreglarme,
minifalda, fular y una simple gabardina eran mis complementos. Tras de mi apague
las luces de casa y me dirigí al ascensor, que siendo mi cómplice me esperaba a
mi llegada.
Con paso decidido salí a su encuentro, él se encontraba en
el automóvil con las luces de
posición, su amplia sonrisa me recibió,
el motor se puso en marcha, emprendimos un camino decidido al azar, el brillo
de sus ojos y sus halagos me invadían.
-Tengo un regalo para ti- me sentía con ganas de jugar, encender su pasión.
Despacio comencé a descubrir el picardías que tan
celosamente guardaba, su respiración comenzó a acelerarse, su mano no pudo resistir
tan insinuante invitación a recorrer mi pecho.
Los kilómetros comenzaron a ser segundos cargados de
ansiedad, me acerque a su boca, sus labios desprendían el deseo que yo buscaba,
lo absorbí con voracidad, mi mano jugaba con el roce de su vaquero excitándolo
a continuar mi juego.
Apoyada en el respaldo de mi asiento, acabe de descubrir mi
cuerpo para él, la velocidad incrementaba, sus ojos recorrían mi cuerpo, sus
manos acariciaban mis piernas con deseo, el calor me invadía ofreciéndome a él.
Sus expertos dedos alcanzaron mi clítoris, mi cuerpo arqueado floreció a su
tacto, las descargas que me producían me recorrían sin cesar, el continuo
vaivén de sus miradas intentando controlar su pasión y la velocidad me
excitaba, acabando en un intenso orgasmo.
Tras sobreponerme era mi momento, desabroche su cinturón, el
botón de su pantalón, baje la cremallera que se interponía entre mi deseado
destino y yo. Bese sus labios con ardiente pasión mi mano acaricio su pene
erecto. El sonido de su asiento al retroceder, me hizo reparar a la velocidad
que nos encontrábamos, no sentí miedo, me excito más.
Dibuje con mis dedos el camino a seguir, sus labios, su
barbilla, su cuello, su pecho protegido por un chaleco.
Su mano guió mi cabeza bajando con firmeza hasta su pene que
sobresalía de su bóxer, mi lengua saboreo el delicioso manjar que me esperaba.
El sabor ácido y adictivo que hizo mi deseo implacable.
Mis labios rozaron dulcemente el rojo fruto de su
entrepierna, lo bese con devoción dejando, su mano dirigió cada uno de mis
movimientos………
Enmanuell L 8 de Diciembre 2015
Me alegra que siguas escribiendo con regularidad, que tu blog vuelva a cobrar vida y que sigas dejando ese misterio y suspense que te deja con la miel en los labios esperando de nuevo la siguiente entrega.
ResponderEliminarBesos escritora.
¡Pero no nos dejes así! ¡Continua con el relato! La verdad es que tus escritos son una maravilla, porque irradias pasión, buen gusto, deseo e intriga; un cóctel explosivo.
ResponderEliminarBesos Carnales.
Ema: Para ser el primer capitulo, es intenso y te deja en suspenso. Eso me encana el suspenso que imprime de curiosidad morbosa por saber en que terminara. Me gusta quiero leer mas...
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