miércoles, 29 de enero de 2014

Un sueño hecho realidad ( quinta parte)





Despacio, casi sin fuerzas, abro la puerta. Dos chicos morenos me miran y sonríen.   Ruborizada me cubro con las manos, la suavidad de una tela comienza a cubrir mi espalda.


-          Tranquila princesa, traen un regalo para ti.--  la gran sonrisa que me dedica consigue relajarme.


Ante su presencia las sonrisas desaparecen de los rostros de ambos muchachos , el formalismo impregna el ambiente. Sobre la cama de la habitación depositan dos grandes cajas, en una de ellas se encuentra un minúsculo vestido rojo, super ceñido. Sin mediar palabra, el hombre que me  posee desaparece de mi vista.

Los dos chicos se afanan con delicadeza en prepararme, ciñendo el  provocativo vestido a mi cuerpo. Recogen mi pelo dejando mi cuello liberado.

La segunda caja contiene dos ligas color rojo pasión, con suavidad, ascienden por mis piernas sedosamente.

Frente al espejo, retocan mis labios y pestañas, nunca necesite maquillaje. El papel de seda descubre el último de mis regalos, dos minúsculos guantes. Un  lazo adornan cada uno de ellos. El encaje deja mi piel tatuada.

La puerta de la habitación del hotel se abre, mi atractivo galán esta arrebatador, el traje le queda como un guante, realzando su cuerpo. Su pícara sonrisa me hace saber que el resultado de su regalo le  ha gustado.


Recorre la habitación rodeándome, su mirada me saborea, su dedo corazón se desliza por mi espalda descubierta, no puedo evitar el pequeño gemido que me provoca.
Se acerca al tocador dejando sobre él una rosa, se dirige a la salida, antes de salir de la habitación se detiene
  
_ Te espero  en la salida sur, dispones de diez minutos.



Mi intención es replicar, solo consigo sonreírle, me cautiva su seguridad.
Dos minutos después, los dos chicos me dejan sola en la habitación.  Conoce bien lo que me gusta, frente al espejo, me veo genial, los estilizados tacones hacen que parezca más alta.

La habitación está en la parte más alta del hotel, cierro la puerta tras de mí, el hall del hotel es impresionante.

Salgo de la habitación, cubierto mi cuerpo por sus regalos, inundo mi pecho del fresco aire, las vistas son increíbles, las enredaderas cubren las grandes paredes del hotel llegando a la sexta planta.

La puerta del ascensor me sirve de espejo, lo reconozco, el rojo me sienta genial. La puerta del ascensor se abre, haré el viaje sola, la luz proveniente del hall me impresiona, tras el cristal, disfruto la bella escena.

La puerta se abre, frente a mí el cálido aire caliente del mar me recibe. Un paseo de piedra se encuentra iluminado por velas aromatizadas. Al final del camino vislumbro una mesa con solo dos copas de burbujeante licor.

Sobre la mesa un pañuelo de seda rojo y sobre el, una nota con mi nombre, al leerlo mi sexo se contrae, sus deseos son claros:

 -Espérame vestida como deseo, venda tus ojos, no quiero que me veas, solo que me sientas.

Obediente vendo mis ojos. La cálida brisa me impregna del aroma de su piel, está cerca, lo sé.

Escucho el mar, el olor de las velas me trasporta, el tacto de la brisa sobre mi piel me estremece.  

Todos mis sentidos disfrutan al mismo tiempo, solo él podría seducir cada uno de mis sentidos.

La suavidad de unas manos acaricia mis hombros, mis ojos continúan vendados, estoy relajada, se que me hará disfrutar.

Sin hablarme ni besarme, toca mi cuerpo, lo recorre con mimo y delicadeza, baja por mi cintura, deslizando sus dedos bajo el vestido. Desgarra mi tanga. Desliza mi cuerpo cobre la mesa, intento despojarme de la venda que cubre mis ojos.

Despacio comienza a jugar, su lengua se desliza por mis piernas. Acabo de perder mi voluntad., soy suya ….

Busca el tesoro que desea, saborea cada uno de los poros de mi piel, su mano se escabulle por mi pelo con suavidad.

Su deseo crece por momentos, mis gemidos provocan  su dominación, mi pelo enroscado en su mano  dirige  mis movimientos.

Sobre la mesa mi cuerpo es su juguete favorito, disfruta de el a su antojo. El líquido burbujeante 
del licor cae sobre mis labios,  su boca absorbe la mezcla de deseo espumoso.
  
Mi cuerpo agotado cae sobre la mesa, unas manos desconocidas recorren mi cuello, reúno las pocas fuerzas que me quedan quitando la venda de mis ojos……no, no puede haber jugado





martes, 28 de enero de 2014

NO AL MALTRATO A TAN PREMATURA EDAD ¿ Imaginamos?


¿Imaginamos?


 Imaginemos la impotencia.  Pongámonos, un momento, en la piel de una niña.

Una mujer acude con su hija, menor de edad, a pedir ayuda.

Al llegar, el subordinado sargento, se afana en ofrecerla.  Tras contarle el caso,  el asunto es importante. Escucha el caso de la apenada niña.
Sus ojos se vuelven hielo,  palabras impertinentes, acuchillan la fe de la pobre niña.

Perpleja observa a su madre discutir con quien debería defenderla, culparla de sufrir malos tratos por culpa de ella, rompió todo en lo que a ella la habían educado.

Llorar, de impotencia, al escuchar a la autoridad,  alentar el maltrato de su ex pareja.

Las palabras se cruzan a sabiendas de lo que hieren,  los pensamientos de la madre perpleja.

¿Que podría hacer su hija cuando necesitara ayuda? ¿Acudir a un machista con poder? 

¿Permitir que alguien sin conciencia decida sobre su vida?

Tan justa es la vida, que por esos días, la peluquería sería un punto de encuentro.

La madre sulfurada,  entre amargas palabras desahoga su pena con su gran amiga, sin saberlo, un policía escuchaba su melancolía.

Un espejo es el único contacto entre los dos, las lágrimas de una madre indefensa son su aliento, ayudarla su mérito. ..

Mi duda es ¿es la mujer la culpable de un maltrato tenga la edad que tenga?
¿
Cuál es la defensa de una mujer, cuando quien dirige un poder, te avergüenza  y amarga?

Que pocos hombres han sido educados con conciencia. 

Esa niña tuvo la suerte de tener a su madre que la defendió hasta las últimas consecuencias.  

El sargento.. bueno.. Todo está por llegar.

No ceguemos la vista ante lo que creemos normal, la violencia no es normal . 


La autoridad esta para ayudar no para  sepultar.



NO AL MALTRATO A TAN PREMATURA EDAD ( ni a ninguna)






Enmanuelle L 28 de Enero de 2014 







domingo, 26 de enero de 2014

Un sueño hecho realidad ( 4ª parte)


_Hola, a las cinco de tarde paso a recogerte, prepara maleta para dos días.
¡¡¡Sera prepotente!!!

Maldigo y despotrico pero al mismo tiempo hago la maleta, no sé dónde voy y me dedico a llenarla de ropa, sin más.

Pasa a recogerme y tras hora y media conduciendo llegamos a un hotel. La entrada de cristal me sorprende, él, con paso decidido se dirige a la recepción, nos saludan con una sonrisa, estoy de malhumor, ¿ con cuántas ha venido?

La habitación 613 es nuestro destino, tras los grandes ventanales, el mar brama.

El dedo de su mano roza mi mano, el escalofrío que me recorre calma mi mal humor. Me sonríe, su sonrisa es profunda, sus ojos me pierden.

Se acerca con dulzura a mis labios, su respiración, su cálida respiración, se adueña de mí.

Sus labios contra los míos encienden mis deseos, acaricio su cintura deseándome ser suya.

Subimos por las escaleras, desea ver como subo cada uno de los peldaños, hasta el sexto piso, sus caricias sobre mis caderas al subir, me hacen sentirme segura sobre mi poder contra él. Recorremos el largo pasillo, la tarjeta abre la puerta, al entrar coge mi brazo, tras posicionarse detrás de mí, me susurra al oído :

-Dúchate, y espérame en el dormitorio.

Se cuáles son sus órdenes, me requiere desnuda sobre la cama y accedo.Treinta minutos después, la puerta se abre, una botella Oporto de la mejor cosecha y unas c
chocolatinas acompañan a mi galán.

Continúo en el dormitorio, tarda en entrar en el, y decido salir a buscarlo.

Frente al balcón, sin mirarme me pide que sirva un poco de ese néctar para los dos, descalza me acerco a él, me sonríe mirándome fijamente.

Su mano acaricia mi cara, bajándola por mi cuello hasta mi hombro. Mi cuerpo tiembla con su roce, deseo tanto sentirlo.

-Mira que maravilloso mar. -Me protege entre sus brazos, abrigada solo con el calor de su cuerpo, el aliento de su boca se acerca por momentos a mi cuello. Sus manos acarician mi cuerpo, cierro mis ojos dejándome seducir por él.

La música suena, nuestros cuerpos se contonean, un pequeño sorbo de su copa, me encuentro hipnotizada por su aroma.

Suena la melodía de ‘Camila- Bésame.’, su brazo aja por mi espalda.

Susurra cada una de las palabras cerca de mi boca, mi pulso se acelera, dejo mi deseo reaccionar, mi mano acaricia su espalda, la otra su cuello,  mis labios perfilan  su boca, mi lengua dibuja su perfil.

Su cuerpo se enciende presionando el mío contra el suyo.

En el balcón, se apodera de mí, absorbe cada uno de mis gemidos, atesora mis caricias entre palabras de deseo.

Sus brazos, acunan mi cuerpo agotado de tanto placer.

El sol rompe el amanecer, sus destellos me acarician, el toque de unos nudillos en la puerta me despiertan.

Personal del hotel, se ocupa de prepárame para la próxima cita con mi galán.

Sus letras me tranquilizan :

-Déjate mimar…







jueves, 23 de enero de 2014

¿Por que no abrimos los ojos?



Muchas veces nos preguntamos por qué suceden las cosas. Yo voy a dar mi modesta opinión.

Los niños aprenden de las vivencias de sus mayores. Pongamos un ejemplo;

Una niña que crece en rodeada día a día, por menosprecio, insultos, miedos, llantos, cobardía, al final en su vida, lo ve como algo normal.

Cuando vemos en la televisión que una mujer ha sido víctima de malos tratos, a veces, no nos explicamos porque no denuncio.

Primero creo que no lo hizo porque, simplemente, no se dio cuenta que lo que ocurría no era normal.

Segundo, porque cuando lo has vivido o mamado (como se dice en mi tierra) tiendes a disculpar a quien te lo hace.

Tercero, por miedo, si por miedo.  Un miedo a no ser apoyada por quien más cerca tienes, porque terminan haciéndote creer que la culpa es tuya.  Por esta sociedad que siendo tan  moderna, continua siendo machista.

Tus círculos importan, a cierta edad son tu mundo. Cometer un fallo a esa edad es como creer que se acaba el mundo y no, no es así.

Callar y callar la realidad que vives, se convierte en tu prisión.  Es tan fácil dar consejos o un simple ya te lo dije, quien llega a tiempo de decirlo.

Alguien me dijo una vez, cuando una mujer no se atreve a denunciar, es el momento de actuar  de quien la quiere.  

Palabras y palabras que caen en saco roto.

¿Porque no abrimos los ojos? Una niña no nació para llorar.




lunes, 20 de enero de 2014

Solo la mar me puede serenar, sin mas.



Estos no son mis ojos. Frente al espejo, no los reconozco.

Se nota en la cara. Ya no puede disimular, pesa el alma, no consuela llorar.

El desánimo, se apodera, de lo que ya no tiene vuelta atrás.

La batalla está perdida, nunca se trató de negociar.

Seguir con lo absurdo, es un acto de vanidad.

No existe ganador ni vencido, este no debería ser el final.

Solo la mar me puede serenar, sin mas. 




sábado, 18 de enero de 2014

Un sueño hecho realidad (tercera parte)





He dormido toda la noche , tras mírame tumbada en  mi cama. Desperezo  mi cuerpo con una gran sonrisa, frente al espejo rojo mi pelo con ambas manos, mi camisón entreabierto deja que al mirarlo, estremezca mi cuerpo, cerrando los ojos al recordar la noche anterior.

Miro la hora, oh no! Otra vez tarde, no he escuchado el despertador. El agua de la ducha está muy caliente, no tengo tiempo para pequeñeces, a toda prisa me enfundo mis vaqueros , subo la cremallera de mis botas, abrocho los dos últimos botones de mi camisa, y lista. Salgo a la calle, ya con cazadora y bufanda.

Al bajar al portón lo primero que veo es su gran sonrisa frente a mí : - buenos días vecina.

Mi corazón se detiene, el aire me falta. Mis pasos se aceleran al notar mi cara sonrojarse tras darle los buenos días.

El día en el trabajo se me hace largo, no me centro y no consigo adelantar nada.  Sus caricias, besos, su manera de poseerme vuelven una y otra vez humedeciéndome.

Las siete de la tarde y sin comer nada en todo el día, me despido de mis compañeros, mi estómago empieza a reclamar algo sólido. Con paso ligero subo a mi ático, abro el refrigerador y sólo encuentro un poco de fruta y una  botella de vino semi dulce. Me despojo de los altos tacones que durante todo el día me han acompañado. Descorcho la botella de vino y con una copa en la mano me dispongo a saborearlo frente al gran ventanal.

El sonido de mi ordenador me reclama, un nuevo mensaje llama mi atención, mi curiosidad me puede, debo saber que queda pendiente del día. El enlace me lleva a mi correo, las palabras que veo me sobresaltan: - ¿Qué tal el día vecina?.

Miro tras la mirilla y sólo encuentro el descansillo vacío, la sola sensación al pensar que se encuentra dos pisos más abajo, me desborda. Necesito una fría ducha. Al llegar al baño, la bañera me hipnotiza, haciendo que sucumba a su tentación, decido mimarme y relajarme, a ver si ordeno mis pensamientos.

El baño parece de película, la luz de las velas ilumina la gran bañera, añado unos pétalos de rosas y sales relajantes, acompañándome sólo en mi bañera una copa de vino. Recojo mi pelo, dejo caer la camisa quedando totalmente desnuda, uno de mis pies se sumerge en la tibia agua, el calor sube rápido por mi cuerpo, la sensación es inmediata, mi piel se eriza haciéndome cerrar los ojos.

Apoyándome en ambos lados de la bañera me introduzco poco a poco en el agua. La espuma cubre toda la superficie dejando sólo las aureolas de mis pechos sobresaliendo reclaman mi atención , los acaricio con suavidad, el calor que me provoca el agua, ¿ o tal vez es mi excitación?.

Mis pies se acarician, mis piernas siguen su juego, mi entrepierna se contrae y relaja al tacto de mis dedos. Muerdo mi labio, ahogando el placer que siento en este momento. Pellizco mis pechos aumentando mi placer, el grifo de la  ducha roza mi cuerpo, el agua se derrama ante mis movimientos. Un intenso orgasmo, acompañado de un gran gemido me relaja.

Termino mi copa, agradeciendo la agradable sensación que deja a su paso.


El sonido de un nuevo mensaje me hace acudir al salón, descalza y sólo con una toalla cubriéndome. El mensaje vuelve a humedecerme:


-He imaginado tu baño, en una hora comprobaré su efecto.



Enmanuellle L 19 de Enero de 2014

 Si quieres leer la primera parte de este relato, pincha aquí: Un sueño hecho realidad (primera parte)
y después puedes leer la segunda parte:  Un sueño hecho realidad (segunda parte)

viernes, 17 de enero de 2014

Un avión, mi Galan y yo

Hoy has venido a recogerme a  la estación de tren de Murcia: nos vamos de viaje tu y yo sólitos, dos días con sus dos noches. Yo he dicho que tenía que hacer un cursillo de un par de días y tu, que te ibas  a una feria. Es el resultado de la apuesta que hicimos hace mas de un año y que tu ganaste, como siempre. Me advertiste que no apostase contigo, apuestas siempre sobre seguro ya muy rara vez pierdes.

Conforme me recogíste, montamos en tu coche y pusimos rumbo al aeropuerto de Alicante. Nuestro vuelo salia en un par de horas. Esta noche dormiremos en París, la ciudad del amor.

En el coche, en el parking, en la terminal, no dejaba de besarte y tu de mirarme y rozarme, me gusta mucho tu cuerpo, como te mueves y como me miras. Estaba feliz y me mirabas con esos ojos que ya conozco bien, juguetones y de deseo. El vuelo salió puntual y me tocó ventanilla, me gusta ver las nubes por debajo del ala del avión. Muy pronto empiezo de nuevo a jugar, con mi mirada, con mi voz, con mi cuerpo. Tu sabías lo que quería y me preguntaste.... aquí? ... en el avión? . Me acerque a tu oído y te dije "recuerdas la película de Enmanuelle?... : "Si, ya. Ya lo se pero que no ... que no podemos". Me levanto para salir de mi asiento (quiero ir al baño) y al pasar por delante de ti  acerco mis  pechos en tu boca moviendolos sensualmente ... grrrrr ... se que eso te vuelve loco. Y de nuevo  muestro mi mirada picara.Tu excitación es palpable mucho antes de salir yo   delante de  ti. Miras mi cuerpo y mientras me alejo me  giro y te miro con  ojitos picarones ... y tomaste la decisión: Vale, te arriesgaría. Se bien que no te gusta el sexo arriesgado pero ... me la he buscado.


Al minuto de salir yo, te levantas. Golpeas ligeramente la puerta del aseo y te abro. No te da tiempo a cerrar la puerta y ya te estoy besando como una loca. Mis manos desatan tu cuerpo, tu excitación me busca insaciable. Como pude (estabas como una fiera) me di la vuelta, te pusiste tras de mi , me cogsteí por las caderas y mientras me besabas el cuello bajabas mi falda, metiste tu mano  en mi ropa interior, ya estaban mojadas. Tu mano entró por debajo de las braguitas y dos de tus dedos entraron solos: mi monte de venus estaba caliente,un volcán en eruccion ... "Te pones los aviones eh?, me dijiste"... "no, me pones tu, te dije". Tus manos apretaron mis  pechos y gemí. Tu apretabas tu pene, que estaba a punto de reventar contra mi. Bajaste mi falda de golpe y metiendo la mano , apartaste mi braguita un poco. Tu pene empezó a acariciar mi deseo, me incline un poco para que tu acceso fuera mas fácil . Me gusta que rondes mi  culito, sabes que el sexo anal me enloquece. La saliva de un amante excitado es el mejor lubricante del mundo. El aseo era minúsculo apenas podía inclinarme y tu acelerar tu movimiento contra mi , parecía mi coche. Movía mi cuerpo para que entrases de una vez. La metiste un poco y gemí con un rugido.

Entró sola. Tu cuerpo y mi cuerpo  ya se habían hecho amigos hace mucho tiempo: muchas horas infinitas disfrutandonos , en muchas posturas imposibles en las que llegamos a orgasmos muy intensos. Me hiciste tuya de mil maneras ,  salias completamente muy despacio, volviendo a entrar en mi,fuerte con un golpe de cadera. En cada acometida daba un grito que intentaba ahogar con tu mano, pero gozaba... mucho,  conozes mi cuerpo ... ya sabes lo que me gusta ... y desde que encontraste mis rincones secretos, disfruto de orgasmos intensos y continuos ... y que orgasmos ...



Aprovechando mi gran primer orgasmo y el estallido de placer con abundante lubricación ... subíste tu glande un poquito y apoyaste (nunca mejor dicho) la punta en la puerta de tu culito ... "se puede ...?" .. me abrí de par en par y al entrar tu glande mi  culito hizo "plop" y  entraste suave pero despacio. Me estremecí de placer, desde que mi culito se dilató de tanto recibirte y cuando tu descubríste el recorrido y la inclinación adecuada para hacértelo, disfruto muchísimo de esta practica sexual... . Entraba y salía, despacito pero ya casi entera. y de repente y sin esperarlo (como haces siempre) ...  de un golpe entras en mi  ... aquí si que grite ... y mucho. Tu ritmo , fuerte, rítmico, suspirando, gimiendo, gritando. A ti ya te daba igual, tu disfrutabas como un loco, semi inconsciente de placer ... y me diste fuerte, muy fuerte. Gritabas tú, gritaba yo, gemías tú, gemía yo ... hasta que llegó ...el orgasmo brutal .... ,  encogió tus testículos con un placer intenso, seco, brusco y largo. Las piernas te temblaban, mi respiración era muy agitada, tenía la vista un poco nublada, yo creo que en algún momento había olvidado de respirar ... que placerrrrr!!!!!.

Nos besamos mientras nos limpiábamos un poquito. Nos vestimos, y hablando flojito, decidimos que tu saldrias primero ... abríste la puerta despacito y ...

Varias personas estaban en el pasillo cuando abríste la puerta: dos azafatas, la sobrecargo, un piloto, muy muy serios ... y varios pasajeros, asomándose, con una risa pícara en su cara. Tu cara era todo un poema ... "Algún problema?, dijiste a media voz" ... tardaron varios segundos en contestarme y lo hizo el piloto: "no nos han oído?. Estamos llamando hace rato ... y bastante fuerte" ... "Ahh!! .... pues no ... no hemos oído nada ... hemos tenido  ... un problemilla ... pero ya lo hemos solucionado". Una azafata se giró para que no la viese reír, otra miró para el techo e incluso me pareció ver un inicio de sonrisa en el piloto.

Yo estabas literalmente incrustada en tu espalda, muy pegada a ti, escondida, sin moverme.

El piloto, muy serio de nuevo nos dijo: "Según el reglamento de navegación internacional está totalmente prohibido hacer el amor en los aseos de las aeronaves". Entonces, y de repente, sali de detrás de ti y con tu genio dije "De verdad? ... pues vaya gilipollez!!". Aquí todo se desmadró: una azafata se tuvo que ir por que se moría de risa, la otra se giró y el piloto se mordía el labio. Los pasajeros también se lo pasaban pipa. "Me temo que tendré que multarles", decía el piloto. Y entonces decidiste que tendrías que usar tus artes para convencer,esas artes que me conquistaron, pusiste tu voz mas grave, hablando mas lento, con esa entonación ... seductora y ... me apartaste y salí de detrás ... con mi  famosa carita de pena ... ¡Que buena soy ....!!, jajaja. Después de un par de minutos y de " esto que no se repita", "no podemos permitir que se creen antecedentes", "cumplo con mi obligación" y yo diciéndole "pero mire señor piloto, que ha sido el amor que nos ha empujado", "que estoy en la ovulación y queremos tener un niño", que mi marido es marino y hacía que no nos veíamos dos años y medio", "que me he tomado un pastelito con canela y la canela me revoluciona mucho", ... que si, que al final lo convencí y encima le di la mano.

Lo peor fue volver a nuestro asiento, miradas, risitas, algún aplauso y ese gracioso que cantaba "We are the champions". Yo no miré a nadie a los ojos, tu sin embargo ibas muy pero que muy contento y orgullos. El resto del viaje se hizo muyyyy largo .....

Te vienes de viaje conmigo?

Te gustaría leer otro de mis escritos: Gracias a ti, Historia de verano, Deseo y Un juego peligroso. Tentando al poder

La cena con mi vecino

La cena con mi vecino

Hoy se mezclan el recuerdo y la imaginación, nos quedamos de ver en  Sevilla, un sábado por la mañana, llegamos al mismo tiempo, cuando te vi al abrir la puerta de tu piso , tu sonrisa al encontrarte con mi mirada, (esa imagen sigue fresca en mi memoria).

Imaginaba cuales eran tus planes, pero la naturaleza se había propuesto echarlos por la borda, cuando entre en mi piso  te di un besito de pajarito tras ella, como siempre que nos vemos, (siempre me ha gustado ese gesto tierno y dulce), te dije que me apetecería conocernos mejor en una cena, (te acuerdas), me miraste antes de entrar en tu piso y con una sonrisa me prometiste que sería pronto, charlaríamos, nos pondríamos al día de nuestras vidas.
Esa noche al fin se produjo la cita, me invitaste a entrar con una sonrisa, cojes mi mano  y me miras directo a los ojos, te sonrió  traviesa y al entrar cierras la puerta.


Dejas que me adelante un poco, para poder deleitarte con mi trasero, (creías que no me había dado cuenta!!!!!!)
La cena es una gozada, eres buen cocinero, eres hijo único y te has deleitado aprendiendo cocina. Al terminar la cena tus ojos se centran en mí, con una voz dulce pero segura me susurras que tu postre soy yo, alejas tu silla de la mesa acercándote a mí  para luego abrazarme y dejarme sentir como tu miembro comienza a despertar, rodeas mi cintura y tu aliento roza mi cuello, erizando mi bello, mis pezones y agitando mi respiración.  Intento levantarme, me detienes y me giras frente a ti para darme un beso largo y profundo.
Caminamos despacio hasta tu habitación, me haces reír con tus comentarios y locuras, disfrutando la mutua compañía. Mientras avanzábamos, nuestra respiración se agita (falta de condición o exceso de deseo) llegamos a un punto neutro en el pasillo , me paras frente a ti, cogiéndome de los hombros, atrayéndome hacia ti bajando poco a poco tus manos, apretando cada vez más fuerte mi cuerpo, que entre tus brazos, se estremece cada vez más. Tus labios se acercan insinuantes y provocadores, mi boca ansiosa te pide sin palabras un beso, que tu me haces  deliciosamente esperar, cuando por fin rozas mis labios un escalofrió recorre toda mi espina dorsal y me entrego por completo a esa cálida sensación que tu deseo provoca en mi interior. (Cada vez que me besas siento esa sensación deliciosa, que nadie a logrado provocar en mi), para ese momento algo muy intenso comienza a fluir, (al igual que mis jugos se filtran por mi ropa interior ahhh!!!!)

Nos sentamos en la cama, y tú juegas con mi cuello y mi pelo, me dejas sin poder hablar, sólo me observabas y sonríes, coges mis manos, me atraes hacia a ti, me besas el cuello, los hombros, provocando que todo mis ser se excite. De pronto me dices: siéntate de espaldas a mí, quiero abrazarte por la espalda, (recuerdo la delicia que ese abrazo me produjo, me siento tan segura...) uno de tus brazos me rodea por los hombros apretándome a tu pecho fuerte, el otro se desliza por un poco más abajo, aprisionando mis brazos, inmovilizándome dejándome a tu entera voluntad, mi pecho se agita con los suspiros que tu boca arranca, cuando me recorres la nuca y el cuello (que deliiciiaaaa, solo recordarlo!!!!!!!!!!) me dices que te encanta saborearme, que deseabas tanto hacerme el amor, sentirte en mi interior ; todavía no sé cómo me has convencido (bueno creo que sí sé, me atraes, te deseo, tu ternura, no me has presionado, me haces sentir importante y segura)
 Sabia que desde el principio esa era tu intención, hacerme tuya!! Y la forma en que me convenciste y no te has dado por vencido, me ha vuelto loquita!!!!!!!
 Comienzas a desvestirme, no dejas de besarme, ya mi razón se ha esfumado, solo deseo sentirte dentro, no sé en que momento nos hemos quedado desnudos frente a frente, parece que nos conocemos de toda la vida, las caricias fluyen, la pasión embríaga el ambiente.
Después de algo de juegos, decides que ya es el momento  de dejarme sentir tu miembro, con un solo movimiento lo llevaste hasta lo más profundo de mi ser, comenzamos un frenético vaivén, el calor que se  esparce desde mi entrepierna a cada musculo, a cada poro, te mueves de tal forma , que no tardo en alcanzar un orgasmo largo y muy intenso, me encanta como muerdes mi cuello, en el momento justo, para prolongar mi placer, no se cómo lo haces, pero me encanta!!!
Cambiamos de postura, me pones en cuatro patas y mientras me embistes desde atrás, me das un dulce golpe, no muy fuerte, solo o suficiente para hacerme saber que eres tú quien manda, no me esperaba ese gesto, y lo más sorprendente es que me excito muchisimo, comienzo  a moverme como una loca, de mi garganta comienzan a salir unos gruñidos que nunca  habia imaginado que podría emitir. Otra vez me llevas al cielo, la habitación comienza a dar vueltas, solo contigo  he alcanzo esos orgasmos tan intensos.
Caigo rendida, dejando mi espalda hacia ti, necesito un respiro, hacia tanto tiempo que mi cuerpo no disfrutaba con tal violencia, tú solo me has girado, y colocas mis piernas en tus hombros y me penetraste con fuerza, de un solo golpe me la clavas toda, el placer es indescriptible, mis fluidos parecen un río, conforme te acercas al clímax, acelerabas el ritmo provocándome el más intenso de los orgasmos, las contracciones son tan fuertes que desencadenan tu orgasmo, que delicia, me encanta sentir como te dejas salir tu deseo , y más que soy yo la que provoca ese placer.
Lástima, el tiempo es corto, debemos irnos, nos bañamos, y nos vamos cada quien a seguir con su rutina, pero aun siento leves contracciones mientras recuerdo cada una de tus caricias, ya estoy pensando en la próxima vez que me cruce con mi vecino.

Enmanuelle


Te recomiendo alguno de mis escritos: Miedo, Un día especial y Recuerdos difuminados

lunes, 13 de enero de 2014

Déjame darte placer



¿Eres capaz de seguir mi juego, sin compromiso?


Yo lo haré por ti, te deseo,  el calor de cada una de tus  caricias sobre mi  piel, dibujando caminos invisibles, saboreando el calor de tu boca sobre mí, tu sonrisa traviesa sabiéndote poseedor de mi cuerpo y voluntad.

El juego que me indicas me provoca, me excita, me derrite, me atrae y revoluciona.

¿Cómo incitarte a mi juego?

¿Cómo hacerte ganador sin necesidad de apostar?

El miedo se refleja en mis palabras, te necesito, deseo y suplico.

Por un instante, regresa a mí, deja que mi cuerpo complazca tu deseo, que solo hablen dos cuerpos acallados.

Te deseo cada día, cada uno de mis pensamientos es tuyo, cada roce de mis dedos sobre mis zonas más sensibles, es por ti.

Déjate complacer, pídeme y serás complacido. Mimarte es mi deseo, déjate subir al séptimo cielo, sin cargas ni pensamientos.

Me comprometo a desearte sin exigir, a quererte sin oprimir, a besarte sin devoción y si con mucha pasión.

Deja que mis deseos culmen  la cima de tus sueños.

Deja caer tu cuerpo cansado en mis caricias, caricias perdidas en tu cuerpo.



Déjame darte placer…..




Te recomiendo alguno de mis escritos: Miedo, Un día especial y Recuerdos difuminados

jueves, 9 de enero de 2014

Un sueño hecho realidad ( segunda parte)


Mis ojos se humedecen, el destino ha jugado sus cartas y de nuevo nos encontramos frente a frente.

Mi intención es responder a su pregunta - ¿Cómo me has localizado? . Algo totalmente imposible cuando siento mis ojos humedecerse, las palabras, agolpadas en mi garganta, no se atreven a pronunciarse. Una leve sonrisa es lo único que mi cuerpo es capaz de articular.

Casi de forma automática, mis pasos se dirigen con celeridad  a mi pequeño ático, dejando la pregunta sin contestar.  El recorrido se hace interminable, todos mis sentidos se dedican a situar su presencia, en este momento, solo tengo en consideración, mi necesidad de alejarme de él.


El ascensor no acude a mi llamada, mil pensamientos me aturden. Su cercanía ha  despertado sentimientos enterrados en mí, la puerta de la entrada se abre al mismo instante que el ascensor. Al entrar, mi corazón y mi respiración están agitadas, no quiero ni puedo compartir con él, el mismo espacio.
Mi ático está muy silencioso, tras entrar cierro la puerta, al fin puedo respirar sin tensión.
Por el pasillo voy despojándome de la ropa que durante todo el día me ha acompañado, sin dejar de pensar en lo ocurrido me dirijo a la ducha, el agua desnuda mis deseos con delicadeza, arrastrando con ella el temblor que me provoca su presencia.   
E
l tacto del camisón sobre mi piel me relaja, un poco de  música tumbada sobre la cama me deja en brazos de Morfeo.

Las tres de la mañana, el sonido de los nudillos replicando mi puerta me sobresalta, no conozco a nadie en esta zona, o más bien a casi nadie. Descalza, observo al mirar por la mirilla su sonrisa, mis temores y deseos se confirman. Dudo si abrir o no la puerta, no he encendido luces en mi recorrido, no tiene manera de saber que lo estoy viendo.

-El olor de tu piel te delata, ábreme-  Palabras firmes y concisas, su poder sobre mi es indiscutible,  casi automáticamente obedezco sus órdenes.   
Vivo la escena como si de una película se tratara, mi mano abriendo la puerta ante el hombre que deseo, solo cubierta por un simple camisón, sintiendo el helor del suelo en mis pies descalzos.
 Su mano, esa mano grande y de tacto suave, es la encargada de acabar de abrir la puerta, me mira, permanezco firme intentando parecer fría ante él.

No pronuncia palabra alguna, sus pasos se acercan a mí, rodea mi cuerpo con su brazo apoderándose de mí, sin mi permiso, soy suya y lo sabe.
Su pasión es frenética, su lengua en mi boca apaga mi  más mínima intención de replicar, sus manos insaciables desabrochan el cinturón de  la única prenda que me cubre,  mis pechos siempre le encantaron y se dedica a disfrutar de ambos. La pared tan fría e inerte, sostiene mi cuerpo que poco a poco se desborda.

Siento sus labios recorriendo mi cuello, mordiscos de sus dientes intentan contener el gran suspiro, que su cuerpo produce al entrar en el mío. Me posee sin piedad dejando huellas en mi piel.
Las palabras sobran, el frió del ambiente sucumbe ante el calor de nuestros cuerpos, gemidos  incontrolados dirigen nuestros movimientos

El pequeño espejo de la entrada refleja ante mis ojos,  la pasión desenfrenada de su cuerpo, me devora una y otra vez estremeciéndome bajo su poder.

El tiempo transcurre dejando mi cuerpo extasiado de placer. Entre sus brazos, recorremos el largo pasillo, me deposita sobre la cama dejando un beso sobre mi mejilla.

Al salir del ático sus palabras me alientan – descansa, por hoy, el insomnio que me produces, me dará una tregua -.  Mis ojos se cierran ¿es un sueño o una realidad?




Si quieres leer la primera parte de este relato, pincha aquí: Un sueño hecho realidad (primera parte)

sábado, 4 de enero de 2014

La cacería ( primera parte)

Hace frió, nos acercamos a la zona de caza, la montaña es inmensa, una nube hace sombra sobre la cumbre, zonas verdes contrastan con el color gris  de la tierra. La carretera con tantas curvas comienza a marearme un poco.
Los grandes chopos apenas dejan traspasar la luz, las quitanieves preparadas junto a la carretera me dan la razón, no debería haber aceptado la invitación.
Nos alojaremos en una casa rural, hoy es domingo, día de mercado semanal.

Tras dejar las maletas sobre la cama, recorremos la zona, la gente es muy cordial, nos saludan  con una sonrisa. El grupo decide tomar algo caliente en una pequeña tasca, quedando el local colapsado.
Manuel me sonríe, ha insistido tanto en que acuda a esta cacería que se siente feliz. Mis dientes chirrían de frió, él, amablemente me cobija entre sus brazos. Esta sensación es extraña para mí, el aroma que lo caracteriza me apresa, siento mi piel erizarse desde mi espalda, recorriendo mi cuello y brazos. El calor que me origina su cercanía relaja mi cuerpo.

Una de las chicas del grupo me reclama para acompañarla al aseo. Sin pensarlo accedo a ir, hace rato que no sé cómo escapar de tan deliciosas cadenas.
Mirarnos al espejo para retocarnos al mismo tiempo que comentamos la noche hace que tardemos un poco más de la cuenta.

Al salir, mis ojos temerosos contemplan la escena. Manuel se discute con otro de los chicos en la barra, sus voces suben de volumen haciendo que todos los demás dirijan toda su atención sólo a ellos dos. La discusión se altera a cada palabra que se dicen, de repente me mira y el fuego de sus ojos desaparece encogiendo mi corazón, con paso decidido se dirige a la puerta de salida.
Me quedo petrificada al verlo salir sin el abrigo, fuera la nieve hace acto de presencia, sin darme tiempo a pensarlo el abrigo está en mi mano y me veo saliendo tras él.
Recorro dos calles sin encontrarlo, comienzo a desesperarme, unos golpes llaman mi atención, mi intuición hace que me dirija hacia ellos. Sus manos golpean una y otra vez la entrada de una casa. 

Me acerco a él, está ofuscado y no me ve.
Dejo caer el abrigo sobre sus hombros, al notar el calor de su abrigo la rapidez con la que me mira me deja petrificada. Dos palabras son lo único que puedo articular- ¿ estás bien?.

El fuego de sus ojos vuelve a reactivarse,  es un fuego distinto, sin dejarme tiempo a más su brazo me rodea dejando mi cuerpo frente al suyo. Su  mirada recorre mi cara, al mismo tiempo su brazo me aproxima a él, el aliento de su boca acercándose a la mía me inmoviliza.

Sus labios, al principio suaves, se apoderan de mí, poco a poco sube de intensidad, mis manos han comenzado a acariciarle la cara recorriendo su cuello, su cuerpo parece fundirse con el mío.  La luz del descansillo me alerta, ¿que estoy haciendo? Lo alejo de mí dirigiéndome a la casa que hemos alquilado junto al grupo.


Mi habitación es la última del pasillo, tiene su propio aseo y puede cerrarse al entrar, es perfecta, no tendré que salir y encontrarme con él en toda la noche.  Morfeo me ha ganado, tras llorar dos horas, son las tres de la mañana, el aseo me reclama. La pequeña ventana que le da luz, deja un sonido llegar a mí, la abro con sumo cuidado. Las luces están encendidas, el pequeño jacuzzi que incluye la piscina burbujea sin cesar. En una de las hamacas Manuel espera  con los cubitos de hielo el momento en que beber el tan deseado licor.

La casa está oscura , unos duermen, otros tras la puerta, se afanan en una lucha de placer. De puntillas salgo por la puerta, con mis manos aferro mi bata a mi cuerpo, es pleno invierno y el frío cala.

Me acerco a Manuel, al principio no se percata de mi presencia, con una sonrisa me hago sitio en su hamaca, no me mira a los ojos y yo quiero que lo haga. Durante segundos el juego entre los dos le hace sonreír, decido sentarme sobre él, si no tiene escapatoria podré ayudarle.

Mi movimiento le pilla de sorpresa, me mira con ojos expectantes, sus brazos están bajo mi poder y no puede o no quiere defenderse.

Nuestra conversación es ahora más fluida, comienza a explicarme su pelea en la taberna El gesto de su cara me invita a sentarlo  bajo mí, su cuerpo me provoca, movimientos sencillos y su sonrisa me hacen suspirar, me contagia el morbo que le provoco.  
Su gran verga me estremece, el roce que siento sobre la ropa me enciende. De pronto se levanta cogiéndome en brazos, su boca se precipita sobre la mía con deseo y yo me dejo seducir por él.

Su teléfono le reclama, no he contado las veces que nos han interrumpido, está destinado, no acabaremos la noche juntos.  Me dirijo a mi habitación, enjuago mi boca tras lavarla, mi cama me espera y el día ha sido muy largo.

Las seis de la mañana se hacen muy pronto, siendo unos nudillos los que me avisan. El traje de camuflaje no me gusta mucho, es algo ancho y no se queda ajustado. Montamos en los todo terrenos que nos llevan al grupo de cazadores. Mediante una subasta cada uno queda consignado en un ´´ puesto´´ ( lugar desde donde se vigila la presa).

Por una casualidad, no quedan puestos libres y a mí me toca el mismo puesto que a Manuel.

No sé si es por casualidad o lo ha premeditado.  Cada doscientos  metros, un puesto nos aleja de los demás participantes. 

Su cuerpo junto al mío, suaviza el temor ante tales animales. El tiempo pasa y los movimientos son nulos. Mi cuerpo comienza a estremecerse, me contoneo  sobre la dura tierra, él sonríe girándome hacia mí. Su dedo índice dibuja mi silueta hasta llegar a mi cintura, me mira, no sabe cuál será mi reacción, quedo  petrificada sin responder.

Su mano continúa bajando,  sobre el pantalón, la yema de sus dedos dibujan círculos en mi clítoris, intento, deseo no sucumbir a su provocación y no lo  consigo.

La sonrisa que expresa me hace saber, que en este momento, decide sobre mí.

Mi cuerpo se contonea con sus movimientos, no se acerca a mí, solo sus dedos juegan en mi cuerpo. Bajo la mirada apreciando la gran excitación que le provoco, mis suspiros crecen ante tal ataque de placer.  Sus ojos me encienden, su excitación  acelera mi estaxis. Su boca besando mi pecho con fuerza, hace que ascienda al mayor de mis placeres.
Su mano  dirige a la mía….







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