viernes, 11 de noviembre de 2016

Siempre tuya

Frente al espejo observo mi piel erizada, delata el nerviosismo que me produces.  Durante la tarde me he planteado una y otra vez rechazar tú visita, al tiempo mi cuerpo se deleita recordando nuestra última cita.

El tacto de tus dedos sobre mi piel, no deja duda, necesito volver a sentirte.

 El conjunto rojo que he escogido es todo lo provocador que deseo, transparencias, encaje e insinuantes rasgos incitan a seguir el camino que debes seguir.

El telefonillo me sobresalta, un todo corto y contundente, como tú.

Busco mis zapatos con nerviosismo,  el ambiente es el adecuado,  velas recorren el largo pasillo que nos separa.

Bajo la puerta,  la blanca luz del ascensor anuncia tu llegada,  mi corazón se acelera sin poderlo evitar.

Mi respiración se agita,  la barrera que nos separa se disipa, frente a mí tus ojos con intención abrasadora me desafían,  no  pienso dejarme avasallar, esta noche serás mío sin opción.

Nuestros labios se entrelazan jugando con el deseo que nos invade,  me dejo llevar por mi instinto rodeando tu cuello con mis brazos, en cuestión de segundos  nuestros cuerpos reaccionan,  tu virilidad se hace patente, recorres con la palma de tus manos mi cintura deseando liberarla de mi tentador picardías.

Muerdo tu labio inferior sonriéndote, deja de jugar, eres mío desde ahora.

Cubro tus ojos  de color rojo seda,  dejas que te guié, paso a paso recorremos el pasillo que nos separa hasta mi dormitorio,  no opones resistencia, dejas que desnude tu cuerpo entre besos y caricias.

 Tú aroma me apasiona, te disfruto recorriendo cada centímetro de tu piel. Tus manos traviesas desean entrar en juego,  desafían  mi imaginación, quiero ser yo quien te haga disfrutar.

Dejo caer tu cuerpo sobre mi cama, deslizo tus muñecas al cabezal, fijándolas con mimo al él.

Tus labios se apoderan del ansia que me invade, inhalo suspiros de placer de tu boca, despertando en mí la amante sumisa.




                                   Enmanuell L 11 de Noviembre de 2016