lunes, 20 de enero de 2014

Solo la mar me puede serenar, sin mas.



Estos no son mis ojos. Frente al espejo, no los reconozco.

Se nota en la cara. Ya no puede disimular, pesa el alma, no consuela llorar.

El desánimo, se apodera, de lo que ya no tiene vuelta atrás.

La batalla está perdida, nunca se trató de negociar.

Seguir con lo absurdo, es un acto de vanidad.

No existe ganador ni vencido, este no debería ser el final.

Solo la mar me puede serenar, sin mas. 




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