Hacía tiempo que no me encontraba con ella, era mi mejor
amiga de la infancia y me hizo mucha ilusión volver a verla.
Tras los correspondientes saludos y preguntas necesarias
para ponernos al día, la pregunta era de lo más común ¿tienes pareja?
Yo hacía un tiempo que me había divorciado y ella se entristeció
al saberlo, sin apenas darme tiempo por su cara comenzaron a recorrer lágrimas
fugaces que ella intentaba retener, cogí su mano y como siempre le había dicho,
la anime a contarme lo que le ocurría. El camarero sirvió los dos cafés que habíamos
pedido, ella miro a ambos lados para asegurarse que la terraza estaba desierta,
solo nosotras dos.
Sonrojada comenzó a delatarme el motivo por el que su mirada
parecía ausente.
-Como ya sabes, mi relación con Miguel es rutinaria, los
años se han encargado que nuestra vida sexual sea acomodada y tranquila. Cada
año nuestra empresa recompensa a sus trabajadores con un fin de semana de
convivencia. Este año el lugar elegido
fue en una cabaña de alta montaña.
Pasamos el día paseando y haciendo juegos entre los
compañeros, dos de ellos Salvador y José, no dejaban de observarme cuando me correspondía
a mí involucrarme en ellos. Sus miradas recorrían mi cuerpo lascivamente. Al
caer la noche echaron a suertes las cabañas, Miguel, Salvador, José y yo.
Cenamos entre risas y miradas insinuantes, mi vestido entallado de color verde
me quedaba bien.
Al acabar la cena decidimos acomodarnos en el salón pasando
el tiempo con juegos de mesa. El calor de la chimenea comenzó a ser pesado para
Miguel, su dolor de cabeza incremento y decidió ir a descansar, me ofrecí a ir
con él pero bajo ningún motivo lo consintió, con un beso se despidió hasta el
día siguiente.
La noche continúo con el juego, Salvador propuso incentivar
el juego, penalizando al perdedor de cada partida a tomar un chupito de
tequila. El juego de cartas nunca fue mi fuerte y fui la que más rondas perdió,
en cada una de ellas perdía una prenda, quedando desnuda frente a ellos y un
poco embriagada. Deje mi cuerpo caer sobre el sofá un poco mareada.
Las palabras de
mi amiga me hacían ponerme en su lugar
pero en vez de preguntarle nada decidí dejarla continuar.
-Mi vista nublada y la embriaguez de mi cuerpo me hacían reír,
frente a mi Salvador y José me miraban con deseo, acercándose a mí
paulatinamente, Salvador tomo la iniciativa acariciando mis piernas
delicadamente, José acariciaba mis pechos pellizcándolos con las yemas de sus
dedos,
Salvador subió sus manos por mi cintura levantando mi cuerpo para ser él
quien, sentado en el sofá, mantenía mi cuerpo.
Con una de sus manos atrapo mi pello llevando mi boca a su
boca, su mano recorrió mi cuerpo hasta llegar a mi clítoris acariciándolo hasta
humedecer sus dedos, José acariciaba mis muslos observando a su amigo. Por un
instante recapacite pidiéndole dejar el juego, su mano callo mi boca al tiempo
que sus palabras me animaron a seguirlo ´´vas a disfrutar mucho nena, no te
resistas´´ sus dedos aceleraron el ritmo provocándome un enorme orgasmo, sonrío
levantándose del sofá, mirándome fijamente desabrocho su pantalón dejando su
gran verga frente a mí, me tendió la mano ofreciéndome su miembro, lo acerque a
mi boca introduciéndolo suavemente hasta mi garganta, una arqueada me hizo
retroceder, rápidamente su mano detuvo mi escapada siendo él quien dirigía boca.
José, sentado en el sofá observaba sin pestañear, continuaba
tomando tequila mientras se masturbaba.
Salvador dejo nuevamente caer mi cuerpo en el sofá, dirigió
de nuevo su pene a mi boca, sus gemidos me excitaban, José decidió unirse al
nuevo juego, besando mis muslos hasta llegar
con sus dedos a mi clítoris, mi cabeza iba a mil por hora siendo el
centro del deseo de dos hombre que me dedicaban mucho placer, deje de pensar
cuando José deposito sus labios en mi clítoris hasta llevarme al segundo de mis
orgasmos.
Salvador volvió a ser el protagonista, con una mirada José
quedo en un segundo plano, arrodillado frente a mí levanto mis piernas, sentí su
verga acariciar mi clítoris, su mano en mi cuello, sus labios en mis labios, comenzó
a dedicarme fuertes envestidas hasta saciarse, el placer me invadía sin darme cuenta
que era José quien me besaba y acariciaba mis pechos con deseo.
Frente a la chimenea, guiaron mi cuerpo quedando mi clítoris
a disposición de Salvador y mi boca a José, durante cinco minutos me
disfrutaron ambos.
El sudor de nuestros cuerpos pedía una nueva postura, Salvador reclamo el sofá invitándome a ser yo
quien llevará el ritmo de las nuevas embestidas, José volvió a unirse al juego
penetrando mi ano, mi cuerpo casi desfallecido estallo en el último de mis
orgasmos.
-quede sin palabras ante lo que mi amiga me había relatado,
por un momento no supe que decir, la excitación se había apoderado de mí.
Ella continuaba tomando el café ya frió con la mirada
perdida.
-¿Volverás a verlos? – fue la única pregunta que vino a mi
mente. Su contestación no era necesaria,
su sonrisa me lo confirmo.
HOLA escritora,paso a dejarte los mejores deseos para ti y para los que te quieren y tu quieres, que pases unos dias de inmensa felicidad disfrutando al máximo de las fiestas.
ResponderEliminarUn beso y un abrazo Felices fiestas.
Hola poeta, te considero uno de ellos, disfruta cada día,lo mereces. Felices fiestas Jose, un beso.
EliminarHola poeta, te considero uno de ellos, disfruta cada día,lo mereces. Felices fiestas Jose, un beso.
EliminarLeerlo a horas tempranas del frío invierno, aleja éste. Muy...bueno y dinámico.
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