domingo, 20 de diciembre de 2015

Confesiones de una amiga (trio)


Hacía tiempo que no me encontraba con ella, era mi mejor amiga de la infancia y me hizo mucha ilusión volver a verla.

Tras los correspondientes saludos y preguntas necesarias para ponernos al día, la pregunta era de lo más común ¿tienes pareja?

Yo hacía un tiempo que me había divorciado y ella se entristeció al saberlo, sin apenas darme tiempo por su cara comenzaron a recorrer lágrimas fugaces que ella intentaba retener, cogí su mano y como siempre le había dicho, la anime a contarme lo que le ocurría. El camarero sirvió los dos cafés que habíamos pedido, ella miro a ambos lados para asegurarse que la terraza estaba desierta, solo nosotras dos.

Sonrojada comenzó a delatarme el motivo por el que su mirada parecía ausente.

-Como ya sabes, mi relación con Miguel es rutinaria, los años se han encargado que nuestra vida sexual sea acomodada y tranquila. Cada año nuestra empresa recompensa a sus trabajadores con un fin de semana de convivencia.  Este año el lugar elegido fue en una cabaña de alta montaña.

Pasamos el día paseando y haciendo juegos entre los compañeros, dos de ellos Salvador y José, no dejaban de observarme cuando me correspondía a mí involucrarme en ellos. Sus miradas recorrían mi cuerpo lascivamente. Al caer la noche echaron a suertes las cabañas, Miguel, Salvador, José y yo. 

Cenamos entre risas y miradas insinuantes, mi vestido entallado de color verde me quedaba bien.

Al acabar la cena decidimos acomodarnos en el salón pasando el tiempo con juegos de mesa. El calor de la chimenea comenzó a ser pesado para Miguel, su dolor de cabeza incremento y decidió ir a descansar, me ofrecí a ir con él pero bajo ningún motivo lo consintió, con un beso se despidió hasta el día siguiente.

La noche continúo con el juego, Salvador propuso incentivar el juego, penalizando al perdedor de cada partida a tomar un chupito de tequila. El juego de cartas nunca fue mi fuerte y fui la que más rondas perdió, en cada una de ellas perdía una prenda, quedando desnuda frente a ellos y un poco embriagada. Deje mi cuerpo caer sobre el sofá un poco mareada.



  Las palabras de mi  amiga me hacían ponerme en su lugar pero en vez de preguntarle nada decidí dejarla continuar.

-Mi vista nublada y la embriaguez de mi cuerpo me hacían reír, frente a mi Salvador y José me miraban con deseo, acercándose a mí paulatinamente, Salvador tomo la iniciativa acariciando mis piernas delicadamente, José acariciaba mis pechos pellizcándolos con las yemas de sus dedos, 

Salvador subió sus manos por mi cintura levantando mi cuerpo para ser él quien, sentado en el sofá, mantenía mi cuerpo.

Con una de sus manos atrapo mi pello llevando mi boca a su boca, su mano recorrió mi cuerpo hasta llegar a mi clítoris acariciándolo hasta humedecer sus dedos, José acariciaba mis muslos observando a su amigo. Por un instante recapacite pidiéndole dejar el juego, su mano callo mi boca al tiempo que sus palabras me animaron a seguirlo ´´vas a disfrutar mucho nena, no te resistas´´ sus dedos aceleraron el ritmo provocándome un enorme orgasmo, sonrío levantándose del sofá, mirándome fijamente desabrocho su pantalón dejando su gran verga frente a mí, me tendió la mano ofreciéndome su miembro, lo acerque a mi boca introduciéndolo suavemente hasta mi garganta, una arqueada me hizo retroceder, rápidamente su mano detuvo mi escapada siendo él quien dirigía boca.
José, sentado en el sofá observaba sin pestañear, continuaba tomando tequila  mientras se masturbaba.


Salvador dejo nuevamente caer mi cuerpo en el sofá, dirigió de nuevo su pene a mi boca, sus gemidos me excitaban, José decidió unirse al nuevo juego, besando mis muslos hasta llegar  con sus dedos a mi clítoris, mi cabeza iba a mil por hora siendo el centro del deseo de dos hombre que me dedicaban mucho placer, deje de pensar cuando José deposito sus labios en mi clítoris hasta llevarme al segundo de mis orgasmos.
Salvador volvió a ser el protagonista, con una mirada José quedo en un segundo plano, arrodillado frente a mí levanto mis piernas, sentí su verga acariciar mi clítoris, su mano en mi cuello, sus labios en mis labios, comenzó a dedicarme fuertes envestidas hasta saciarse, el placer me invadía sin darme cuenta que era José quien me besaba y acariciaba mis pechos con deseo.
Frente a la chimenea, guiaron mi cuerpo quedando mi clítoris a disposición de Salvador y mi boca a José, durante cinco minutos me disfrutaron ambos.
El sudor de nuestros cuerpos pedía una nueva postura,  Salvador reclamo el sofá invitándome a ser yo quien llevará el ritmo de las nuevas embestidas, José volvió a unirse al juego penetrando mi ano, mi cuerpo casi desfallecido estallo en el último de mis orgasmos.
-quede sin palabras ante lo que mi amiga me había relatado, por un momento no supe que decir, la excitación se había apoderado de mí.




Ella continuaba tomando el café ya frió con la mirada perdida.
-¿Volverás a verlos? – fue la única pregunta que vino a mi mente.  Su contestación no era necesaria, su sonrisa me lo confirmo.

       

                                             Enmanuell L 21 de Diciembre de 2015

4 comentarios:

  1. HOLA escritora,paso a dejarte los mejores deseos para ti y para los que te quieren y tu quieres, que pases unos dias de inmensa felicidad disfrutando al máximo de las fiestas.

    Un beso y un abrazo Felices fiestas.

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    1. Hola poeta, te considero uno de ellos, disfruta cada día,lo mereces. Felices fiestas Jose, un beso.

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    2. Hola poeta, te considero uno de ellos, disfruta cada día,lo mereces. Felices fiestas Jose, un beso.

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  2. Leerlo a horas tempranas del frío invierno, aleja éste. Muy...bueno y dinámico.

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