domingo, 1 de septiembre de 2013

Tu deseo ,,,,,, mi deseo

Tu deseo,,, mi deseo


Enciendo el incienso, su olor consigue que mi mente se despeje, al mismo tiempo pienso en nuestra última cita. Tu deseo de ser tres en nuestros encuentros sexuales no deja de dar vueltas en mi cabeza,  es tanto lo que me haces sentir que quiero complacerte. Me siento perversa y te lo hago saber a través de una llamada, cedo a tus deseos, seremos tres pero totalmente al contrario de lo que tu deseas, tu, él y yo, seremos tres jugando a mi juego.
Esa misma tarde lo he llamado, hace mucho tiempo que no se de  el, el recuerdo de sus dedos y su verga en mi piel me estremece,  un hola ante mi inesperada llamada le agrada, tras charlar sobre vanidades soy yo quien le ofrece una cita, siempre y cuando deje que sea yo quien lleve el juego, el cede sin pensarlo.
Quedo contigo en un hotel especial, la suite es la más alejada que he conseguido, este día  será inolvidable.
EL  está citado un poco después, debo prepararte para el juego que tengo en mente.
Entras en la habitación, estoy sobre la cama tumbada como un adolescente nerviosa, al entrar me miras con esa mirada picara que me derrite.  Besos, caricias y risas son el aliciente prefecto, tus besos son apasionados, repletos de lujuria al ver como disfruto con el tacto de tu cuerpo.
Son las once de la mañana, alguien espera tras la puerta, me miras asombrado no hemos pedido nada, beso tus labios y me dirijo hacia la puerta, al abrirla observo lo sexi que me sigue pareciendo ,  su sonrisa de depredador latente en su rostro, le cedo el paso invitándolo a entrar en nuestro paraíso.
No hay palabras, solo miradas, dedico toda mi atención a despojarlo de su camisa, sé que tú me observas y me recreo saboreando su cuerpo al desnudarlo, te excita ver cómo me entrego ante la pasión.
Una imagen digna de recordar, cojo su mano al dirigirme a tu lado, estando entre los dos mi mirada se dirige a ti, el tras de mi besando mi cuello, acariciando mi cuerpo con deleite hace  que me embriague.
Beso tus labios entre suspiros, mi mano  alcanza tu verga desafiante, la retiras diciéndome con un susurro :- hoy vas a ser tú el centro del deseo de dos  hombres  dispuestos a saciar cada uno de tus instintos.
Dejo que mi cuerpo se desvanezca entre vaivenes  placenteros ……………

2 comentarios:

  1. Una cita inesperada da paso a la mejor de las fantasías...

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  2. Una cita deseada puede dar paso a cumplir fantasías escondidas

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