No soy la misma
Son las once de la noche, una copa de vino blanco semi
dulce, el Concierto de Aranjuez como música ambiental, el relato de un amigo
que me estremece al leerlo, al acabarlo con una mano acerco la copa de vino a
mi boca, miro a mi alrededor, es la soledad la que me acompaña cada noche.
Hace años que se cuál es el final y siempre fui lo
suficientemente cobarde para negarlo, ahora es cuando me veo fuerte o
simplemente no veo nada, cuando sé que es el momento. Las palabras suenan
huecas a quien no quiere escucharlas.
Dos vidas cruzadas por necesidad, dos miradas perdidas, lo
que un día se unió no tiene por qué ser para siempre.
La niña despertó del sueño que ella misma fabrico intentando
huir de su realidad. Acordes de esta melodía de Joaquín Rodrigo desatan en mis
lágrimas rebeldes, hace mucho tiempo que prometí no llorar.
Frente a mí una fotografía, una que yo misma realice y que
expresa lo mejor de mi vida, mis hijos, por ellos lucho cada día incluso cuando
las fuerzas me acompañan.
Cada rincón de esta casa me observa, haciéndome sentir una
extraña donde me sentí dueña por dos décadas, las paredes amenazan con caer
sobre mí, recriminando mi falta de entusiasmo. Ya las cuatro paredes que acallaban nuestros
secretos me niegan la entrada, un vacío interminable las separan de mí, sus
manos dejaron de escribir en mi piel, sus labios nunca besaron los míos con pasión,
el hastío de mi pesar asfixia mi obligación. Mi mirada se pierde en el infinito transportándome
a sitios prohibidos para mí , arenas blancas, un mar azul, un cóctel , una
sonrisa sincera, tu , yo………
No, no soy la misma persona, mis ojeras me delatan……
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