Son las cinco de la tarde, miro el reloj y decido ir al
baño, hoy me apetece un largo baño antes de ir a cenar.
Frente al espejo dibujo mi silueta, mi cuerpo desnudo se
eriza, y trata de taparse ante la pena del recuerdo.
Mi bañera repleta de espuma y sales me espera. Me sumerjo en
ella con toda la determinación de disfrutarla. Entre sueños,
imágenes acuden a mí, imágenes vividas durante el año.
Palabras de personas
desconocidas, entre ellas, solo una me cautivan entre las demás. Son las de un alma perdida y en ellas dejo mi alma
caer.
Tras dos horas de reloj, seco mi
cuerpo con el albornoz, regalo de mi hermana. Dejo caer sobre mis hombros mi
pelo recogido. La leche hidratante recorre mi cuerpo con suavidad, mi piel
erizada por el frió sucumbe a mis caricias. Por un momento, miro mi cuerpo
desnudo en el espejo. Rasgos que tú
recorriste se contonean ante tu recuerdo haciendo cerrar mis ojos ante la suavidad
de mis dedos recorriéndome.
Me dirijo a la habitación cruzando
el largo pasillo, en el voy dejando la única prenda que me cubre, sobre la cama
el vestido rojo me espera, los zapatos de tacón que dedique a esta noche, me
reclaman que no sea contigo, mis labios acogen cariñosos el carmín que los
cubre, recojo mi pelo dejando mi cuello descubierto.
Un sencillo juego de pendientes y
colgante negro serán las únicas piezas que adornen mi cuerpo. Las lágrimas de sus destellos sobre mi piel
blanca destacaran su belleza.
Acudo sola a la fiesta, la
entrada me aflige por un momento, cada uno con su pareja me saludan y yo les
correspondo, aprecio a cada una de las personas que allí están.
Una copa de cava me saluda, tras
ella un hombre que no conozco me sonríe, acepto encantada la invitación, su
larga barba no puede ocultar su gran sonrisa al tiempo que conversamos, los demás
invitados se dirigen al salón, solo los dos nos dirigimos al balcón, la noche
es fría, charlamos, sonreímos, intercambiamos deseos ante el año nuevo siendo
solo uno de ellos, vivir.
El temblor de mi voz deja paso al temblor de mi cuerpo, me apoyo en
el gran balcón mirando la luna, cierro mir ojos al sentir su cuerpo acercarse
al mío. Su aliento en mi cuello me hace
sentir que estoy protegida.
Me dejo mimar por sus brazos, por
el cariño de sus palabras que me hacen flotar.
Los gritos de júbilo del interior
nos devuelven a la realidad, su sonrisa
y el destello de sus ojos me hipnotizan.
Frente a mí el choque de dos copas
deja al aire un deseo común.
´´ El próximo año 2014, dejara
momentos inolvidables, compartidos por soñadores´´
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