No te equivoques.
Que desazón, a plomo he vuelto a caer. No te equivoques, no
es por ti, no ha sido tu traición la que me a echo volver a besar el suelo.
No te equivoques, las lágrimas que derramo no son por ti,
son por mí, por volver a confiar sabiendo de antemano que me volverían a
lastimar.
Me tienta buscarte, hablarte, sonreírte incluso saludarte,
es entonces cuando vuelvo a leer tus palabras, palabras que me hieren como
puñales.
Mi cuerpo grita en forma de lágrimas, lo que mi boca calla
con impotencia.
Mi garganta retiene suspiros apenados. Mi rabia arde en mi estómago
batallando salir.
Con cada nueva decepción mi corazón afloja su ritmo, por un
segundo el sentido de la vida parece terminar.
No te equivoques, no
me he rendido. Volveré a levantarme, volveré a ser quien era con una sola diferencia,
ahora yo, yo sé quién eres.
Enmanuelle L 14 de Noviembre de 2013
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