lunes, 7 de octubre de 2013

Te deseo


Mmmmm que fría está el agua al rozar mis pies. Aquí estoy mirando el mar en pleno invierno, el agua salada y fría acaria mis pies. Mi mirada perdida en el infinito del mar, me siento bien, soy plenamente feliz en este momento.

Miro tras de mí, continuas al teléfono, una sonrisa tuya me tranquiliza, has conseguido mantener nuestro secreto, mi vista se dirige otra vez al infinito. Mis dedos recorren mis labios, los mismos que has devorado desesperadamente.

 Me ha pasado a mí,  una chica normal como yo, cierro los ojos, el aire del mar me inunda. Siento unos brazos rodear mi cuerpo, tus brazos, lo primero que conocí de ti y desee, esos brazos fuertes, cálidos y sedosos a la vez que me hacen subir a una nube .

 Tus labios sobre mi cuello dejando un beso, hacen que mi ser se contraiga, tus palabras preguntando como estoy. Haces que sienta que soy única.

Coges mi mano caminado hasta un rincón oculto de la playa, paseamos mirándonos, intuimos cada una de nuestras palabras no dichas.

Te has descalzado, caminas junto a mí, incluso el relieve de la playa parece ser cómplice de nuestro encuentro fugaz,  uno de tus brazos rodea mi cintura, la respiración se me para, tus labios acercándose a mi consiguen sacar  un suspiro de mis entrañas, como te deseo.

Disfrutas sintiendo que soy tuya y yo disfruto complaciendo tus deseos, rodeados de gente extraña solo estamos tu y yo besándonos con pasión.  Tus pasos me guían hacia tu vehículo,, mi respiración se altera con tus palabras y el roce de tu mano acariciándome con ese toque de picardía que me vuelve loca en tu mirada.

 Al sentarme me ´´ ordenas´´ dejar libre mi deseo, dejo mis dedos acariciar tu pecho, rozar tus labios, miro tus ojos provocándote. Tu deseo es superior al mío, coges mi mano de forma autoritaria, la guías a tu entrepierna sobre tu pantalón, cierro mis ojos al notar tu erección.

Te apoderas de mi boca, soy tuya.

Tu mano subiendo por mi pierna, tus labios desafiando mi control sobre mi misma, mi mano desabrochando tu pantalón y acariciando tu verga con la palma de la mano impregnada de mi deseo.

Con un movimiento casi impredecible tu cuerpo cae sobre el mío, me abro a ti como una flor en primavera, tus labios continúan jugando con los míos. Tu verga riega mi clítoris al rozarlo, me castigas sin saber el motivo y yo dejo que mi cuerpo se derrita ante ti.

Tus ojos desean que mi boca te deleite, que  mis labios te saboreen como estoy desando hacerlo .

No necesitamos hablar solo disfrutar el uno del otro, un sexo que se complemente dejando que solo sea el deseo quien marque el final.


  

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