martes, 30 de octubre de 2018

Una noche inolvidable (segunda parte)


Subieron uno a uno  los escalones que los separaban del tan famoso local, la tenue luz acompañaba la sensual música en directo que amenizaba la noche.

La luna se reflejaba en la  mar, siendo sus suaves olas, las que hacían de aquel local un lugar mágico.

Las miradas entre los dos daban a entender lo especial de la noche, pidieron una copa al tiempo que recorrían con la mirada el local buscando donde disfrutarla.

Brindaron dejando que sus dedos se rozaran,  era el principio del final de la noche.

Llegaron a unas horas en las que ella prefería un  poco de intimidad, era un sitio idóneo para apartarse.  Se dirigieron a un lugar en la penumbra del local pensando solo en lo maravilloso que sería ver la luna tan esplendida que había esa noche.

En la terraza, apoyada en baranda, contemplando las vistas del mar. El chico que la acompañaba toda la noche le ofreció un cigarrillo y comenzaron a hablar.



Hablaron de lo que más les gustaba, de sexo, de aventuras y desventuras, se lo estaban pasando genial entre confesiones y risas, hablando de todo pero sin entrar en temas personales.
Se les paso el tiempo volando atrapados en aquella conversación, les dieron las 4 de la mañana, una pregunta paso por su mente..
-¿Qué tal  besas?
Él quedo por un momento sin contestación.
Sus miradas quedaron atrapadas entre las comisuras de sus labios, cada una de las palabras  no dichas anticipaban lo que ambos deseaban, sus labios, húmedos, desenfrenados, se deseaban, la distancia entre ambos disminuyo.
Lo uno llevo a lo otro, mordiscos leves dejaban paso a la pasión contenida durante toda la noche.
Sus ganas de poseerse aumentaban, conocer cada una de las caricias que se anticipaban a sus besos.
La luna llena iluminando el momento, la vista era inmejorable, era lo más frenético, morboso y delicioso que les había pasado nunca. No querían que aquello se quedase en un solo calentón de besos y no iban a reprimirse.
Decidieron concederse el privilegio de su intimidad aislándose en una pequeña terraza ya casi desierta.
La formalidad el chico quedo a un lado, dejándose llevar por sus impulsos, abrazo el cuerpo de ella casi tembloroso, colocándose en su espalda sin dejar de besarla en ningún momento, su pelvis presionaba su cuerpo contra la barandilla.
Su cuello se arqueo dándole el permiso que èl tanto deseaba, notaba como su respiración se agitaba con cada una de sus caricias.


En ese momento, ya no podían retrasar lo que ambos deseaban y decidieron recorrer el camino que los separaba del hotel.
Las olas golpeaban las rocas próximas a su paso con la misma intensidad que sus labios dejaban paso a caricias insinuantes de sus manos sobre sus pechos.
Tenían ganas de continuar, miraron al interior del recibidor al llegar al hotel, casi desierto, recorrieron el escaso espacio que los separaban del ascensor.
La ropa había desaparecido casi por arte de magia en el ascensor, estaban casi desnudos excepto por la ropa interior que ambos llevaban puesta. Eso los excitaba aún más.

 Les encantaba sentir como sus manos se descubrían.
 Estaban locos por continuar en esa aventura y dejarse llevar por la pasión.
Inmediatamente salieron  dirección a la habitación, Justamente cuando el ascensor estaba con las puertas casi cerradas, se percataron por el hueco como entraba  personal  de la limpieza de las instalaciones.
Habían salido a toda prisa y se habían escapado por los pelos.
 Eran las 6 de la mañana y aún era de noche.
 Necesitaban una ducha y subieron a la habitación,  se hallaba en la última planta del edificio. Ella no tenía ganas de terminar aquello y él tampoco.
Llegaron a la habitación, muy apropiada para la ocasión, al ver el número sobre la puerta se  miraron y se echaron a reír entre dientes.
 Ella lo miró y  dijo - ¿no pensarás que voy a ducharme sola?







2 comentarios:

  1. Que maravillosa velada, de las que son difíciles de olvidar.

    O de las que siempre se desean repetir.

    Besos feliz día.

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  2. Me quedo con las ganas de saber cómo termina esa ducha. Otro excitante y sensual relato tuyo .

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