Al abrir las puertas del ascensor, la inmensidad del recibidor
daba paso al comedor, era impresionante, cada uno de los detalles que cubrían los rincones de la estancia llamaban su atención, sin
prisas, disfrutando cada instante la música que acompañaban sus pasos hasta la
entrada del buffet donde se encontraba un atractivo camarero recibiéndolos con una copa de champán.
Su acompañante la sorprendió con una rosa roja, brindaron
por el momento, haciéndola sentir una
mujer afortunada ante las miradas celosas de cada una de las chicas que
esperaban la entrada a la cena.
La amplia sonrisa de la camera los acompaño hacia la mesa
que él estratégicamente había reservado.
Bajo una cristalera azul cielo, el agua recorría cada uno de
los paneles que los cobijaban.
Ella deposito la frágil flor sobre la mesa, aunque nerviosa
por ser el centro de atención de todas las miradas, acepto su invitación recorriendo
el estupendo buffet con el que los agasajaban, como un caballero, pidió bebida
para ambos, no había duda, sabia como ejecutar su papel, haciéndola sentir una
mujer especial.
Observaron el menú celosamente, sin dilación él chico decidió
por ambos, escogería una porción de cada una de las propuestas sugeridas por el chef.
Se dedicaron a disfrutar de la cena y la buena conversación que
mantenían, no sin darse cuenta de las indiscretas miradas que los acompañaban
toda la velada.
El tiempo transcurrió sin apenas percibirlo, fueron los últimos
en abandonar el comedor.
Tras la puerta del hotel, una melodía amenizaba el ambiente
con bailes del ayer y las más modernas melodías del momento.
Sin dudarlo, se dirigieron al centro de la pista, dejándose llevar
con cada una de sus notas, el sensual baile del chico, despertaba lascivas miradas
femeninas que la hacían sonreír. A cada movimiento de él, la cercanía entre ellas y su acompañante era
cada vez menor.
El calor continuaba siendo sofocante, apetecía relajarse,
decidieron subir a la habitación del hotel y tomar una copa contemplando el
oleaje de la mar, casi en silencio disfrutaron el momento
El paseo marítimo se encontraba concurrido de centenares de
personas que disfrutaban de la brisa marina,
a su paso una famosa franquicia ofrecía
sus mejores helados llamando su atención, entre ellos no había dudas, estaban
disfrutando la noche y decidieron darse un capricho.
La discrepancia de la variedad del surtido los entretuvo sin
percatarse de las miradas curiosas a su alrededor, un simple comentario
intencionado dejo perplejas a dos chicas haciendo más hincapié en la relación
que mantenían.
Frente al él, un espejo reflejaba su perfil, un perfil varonil. El paseo marítimo se convirtió exclusivamente en un lugar privado, donde solo los dos compartían momentos únicos.
Al final de la bahía el local de moda…..
Enmanuell L 17 de Octubre de 2018
Siempre despertando interés y morbo con tu buena narrativa. Espero con ganas la continuación.
ResponderEliminarMe tienes en ascuas. ...
ResponderEliminarMe encanta
Ya sabes , mi imaginación es fácil
Mil besos preciosa 😘