Son las seis de la mañana, continuo sin conciliar el sueño, debería
estar agotada, el nerviosismo que me crea la cita con él, me ha hecho parecer
desorientada.
Suena la alarma, cinco minutos más, el despertador queda en
un segundo plano cuando su imagen de nuevo recorre mi mente.
Cierro mis ojos, mi inconsciente no es mi aliado, recuerdo
cada una de las palabras, que un desconocido, me ha dedicado en una hora telefónica.
Reconozco que su voz me ha resultado inquietante, cierro mis
ojos dejándome seducir por esa sensación.
Prendo un cigarrillo aún, sin estar
segura de acudir a la cita, existen muchos detalles que me desconciertan de él.
Queriendo despejar mi mente y rebajar mis nervios, me dirijo
al ascensor que abre sus puertas directamente ante mi vehículo, siempre me ha
relajado conducir y automáticamente, la música me acompaña.
Entro a casa, me dejo envolver por el aroma a café que me
preparo, conecto el altavoz pocas melodías dejan mi mente en blanco y Phil Collins con "all of my life" ,
sabe cómo atraerme.
Dejo caer el agua
por mi cuerpo, disfruto envolviéndome en mi gel de frutos rojos, ¿sabrá
descifrar el aroma que desprendo?
Son tantas dudas las que me provoca, que incluso, no soy
capaz de decidirme en mi vestuario.
Sonrió, me gusta esta sensación, hace años que no recorre mi
ser, me siento una niña indecisa con ganas de jugar con lo desconocido, algo en
él me atrae y no sé bien que es.
Cierro mis ojos y me dejo llevar por la melodía, me siento
especial, mi piel se estremece, al tacto de la espuma que se desliza entre de
mis dedos, en este momento me vuelvo a sentir libre para decidir y eso me
encanta.
Una hora antes de la cita, las dudas vuelven a provocar un
paso atrás ¿pero por qué me pone tan nerviosa? Es un hombre normal, quizás sea
diferente en su forma de actuar, quizás me llame la atención , no va a saco y
eso sí que no es normal.
Su nombre en la
pantalla de mi celular, hace que mis ojos recorran la gran plaza buscándolo.
Su sonrisa lo delata, con paso firme, se acerca a mí, su
mano acaricia mi hombro dando paso a un sutil acercamiento de sus labios en mi
mejilla, su perfume me seduce, en ese momento, el tiempo se detiene, me envuelve, me deleito observando sus
labios, sus ojos, que tan sutilmente me recorren deteniéndose en el temblor de
mis manos, que no puedo disimular.
Sus labios, en cada sorbo, despiertan mi imaginación, me
apetece besarlos……
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