jueves, 1 de diciembre de 2016

Reflexiones a fin de año .

Comienza un mes en que, por tradición, tendemos a recordar los once meses restantes.
En la madrugada, en mi soledad, recopilo los momentos más intensos. Ha dado mucho de sí este año.
Comencé con la pérdida  de uno de mis referentes, el dolor y la tristeza luchaba con mi incredulidad.
Fue todo muy rápido, mi cambio de vida, tener las fuerzas para luchar y comenzar de nuevo al mismo tiempo que mantenía mi pasado presente.
Ver como se apagaba otra de las luces que me marcó, me hizo valorar a las personas que siempre tuve a mi lado y quizás no valoré hasta el punto  que, sin ser de mi sangre, me desgarraría el alma.
No hay tiempo para dejarte caer, ya no por ti, si no por lo que más puedes amar en la vida y dependen de tu sonrisa.
Un mes más tarde pensé que mi alma se partía, que no podría soportar el dolor,  que incluso  las despedidas  más inesperadas merecían su tiempo, de luto y de dolor.  No debería ser lícito que una madre marche sin tan siquiera un adiós.
Encuentras un vacío en tu interior, te sientes huérfana de una manera muy extraña,  ya no eres una niña, se supone que no debes buscar protección, y es en ese momento que cuando te das cuenta que, incluso si lo buscaras no encontrarías ese calor,  tú eres la madre, la que tiene que ser fuerte y tener valor.
Llega el color, una nueva ilusión, no eres la misma persona  pero lo intentas de todo corazón, la música, los nervios de tus hijos, sientes la ilusión a cada paso recorrido con devoción.  Ríes, lloras, te emocionas,  les sigues orgullosa, no importa la distancia,  verles sonreír te ayuda manteniendo la razón.
El verano te sorprende, la distancia solo la dicta un avión y la ilusión.
Un nuevo reto se presenta,  gente nueva, relacionarse con desconocidos solo es la condición.
No es fácil dejar tu zona de confort, te arriesgas de nuevo al desengaño, a darlo todo exponiéndote al dolor.  He cambiado, soy una mujer diferente, fuerte  y con valor. Lo daré todo por ellos, poco a poco esconderé mi dolor.
Conoces gente diferente, máscaras que cubren su propia vida y al unirse lo dejan todo en un rincón.  Unas te sorprenden manteniéndose en tu vida sin dilación.  Otras te desilusionan, tú le diste tu confianza, le abriste tu casa y te pagaron con traición.
Este año ha sido un ciclón,  aunque hace días que pienso que todo tenía su razón.
Al acabar el año brindaré por los que se han ido, siempre los llevo en mi mente, brindo por los que han llegado de sorpresa y sin razón,  brindo por mis hijos que son mi motor.
Doy gracias por mi vida y lo digo de corazón.



Enmanuelle L 1 de Diciembre de 2016


3 comentarios:

  1. Es aquí cuando se reflexiina, cuando empiezas a darle sentido a todo,la vida es dificil, pero hay que vivirla en el tiempo,no por el tiempo.
    Se feliz.

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  2. Tu texto me ha hecho reflexionar y llegar a la misma conclusión: gracias por vivir y disfrutar de esa aventura apasionante. Y a este año, que me ha dado conocerte a ti.

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