lunes, 27 de octubre de 2014

Solo tú



Solo tú, conoces mi secreto, mi deseo, mi ilusión.

Solo tú, conoces mi piel, mi timidez, mi  deleite.

Solo tú conoces mi desazón, mi delirio, mi pasión.

Solo tú me posees en plenitud, invadiendo mi mente, mi cuerpo y mi actitud.

Solo tú, haces que desee complacerte, mimarte, besarte, poseerte.

Solo tú, sabes cómo detenerme, conseguir centrar mi mente.

Solo tú, sabes entregarme al cielo, en un orgasmo único y placentero.

Solo tú, me agotas, me haces tú sumisa y me derrotas.

Solo en tus brazos, he desfallecido dejando mi aliento en un quebranto.

Solo tú, lo has conseguido,  dejando mi cuerpo, pendiente de un hilo.

Solo tú me estremeces, con tú sonrisa, tus extrañeces.


Solo TÚ, consigues  que realmente sea YO.

                                                                               Enmanuell L 

sábado, 25 de octubre de 2014

Por los maestro, que ejercen por devoción y no por obligación.



Hoy me siento orgullosa? Si, lo estoy.


Orgullosa porque sabiendo todos mis defectos, he comprobado que también tengo virtudes.

Las Virtudes con las cuales  dejo a mi paso huella de mi presencia, siempre intentando ser  humilde, en un segundo plano, creyéndome poca cosa al contemplar las cualidades de los demás.

Hoy, tras un largo y duro día, en un hipermercado, mi mirada ha tropezado con la mirada del pasado. 

Sonrió sí, siempre estuvo a mi lado a pesar de mi tierna edad en la cual, yo, intentaba pasar desapercibida.

Sus ojos, de un azul inmenso, su cálida  y gran sonrisa, sus acertadas palabras en mis momentos de desconsuelo.

Contemplar su sonrisa acompañada de un hola, escuchar sus palabras con el brillo de sus ojos, admitiendo la empatía y simpatía que siempre hubo entre ambos.

Si, hoy me siento orgullosa al saber, que siempre he tenido personas especiales a mi lado.


Gracias profe don Fernando, por tu apoyo, por tu sensibilidad, por tu amistad, por tus lecciones de humanidad, por hacer que, algunos años después, me vuelva a sentir una niña entusiasmada y entregada  a  tu forma de enseñarme,  que lo más importante en esta vida, es siempre aprender de lo bueno y lo malo,  que debo sentir y actuar con la vida, como lo sienta en cada instante.

Enmanuell L 


miércoles, 8 de octubre de 2014

Buenas noches mundo, al final, todo es soñar.


Dice mi psicólogo, que escriba sobre el motivo por el que cometo fallos, fallos que yo misma he llegado a confesar.

¿Cómo escribir sobre una realidad?

La mayoría de las veces, sabes cuándo y por qué los cometes.

Sabes de antemano, solo con una mirada, cuál será el final.

Lo consientes, piensas que la culpa es tuya, no es difícil que sea así, se encargan que lo hagas tu realidad.

El día acaba, las luces se apagan, es tú momento de tranquilidad.

Es entonces cuando te aíslas, sueñas, imaginas otra realidad, un mundo paralelo, que es tu mundo, cuando comienzas a soñar.

Vuelves a cometer el mismo fallo, sin poder o saber, de qué forma te puedes revelar, siempre hay una excusa, un motivo o un momento  para volverlo a intentar.

Buscar ayuda, consejo, apoyo y te vuelves a sentir mal.

Quien quiere no puede, quien debe no quiere, quien lo desea no debe.

Bendita soledad, que te deja soñar.

¿Por qué tienes que fumar? ¿Por qué tienes que beber?  ¿Por qué tienes llorar? Porque, porque, porque…. ¿Por qué nadie te puede ayudar?

Que la vida son dos días, que los años no dejan de pasar, que la vida te entristece cuando intentas darle otra oportunidad.

Los consejos son sabios, cuando no vives una realidad.

¿Qué a veces llegas a avasallar?

¿Qué a veces incomodas la vida de los demás?

¿Qué no piensas en las oportunidades que les puedes llegar a malograr?

Sí, es cierto, como también es verdad, que no lo puedes evitar.

Dice mi psicólogo, que todo es fácil de hablar……y digo yo ¿por qué yo no lo puedo solucionar?

¿Por qué la vida siempre pone trabas a la felicidad?

Buenas noches mundo, al final, todo es soñar.

Enmanuell L  8 Octubre de 2014



Una deuda pendiente



Sentada en un gran sillón, al fondo de un largo pasillo, con solo un collar y un body rojo, un vaso de whiski en mi mano, con uno de mis dedos, bordeando el contorno de la copa esperando que la puerta se abra.

Media hora después el sonido de la llave me alerta, la luz del rellano es la única presente en la vivienda, continuo en la oscuridad dando un ligero sorbo al licor, mi respiración se acelera.

En el marco de la puerta, revisando el correo, su silueta me excita, lo miro fijamente disfrutándolo. Antes de saber cuál va a ser su reacción, el interruptor cambia de posición alumbrando el habitáculo, al final del  largo pasillo su sorpresa lo espera.

-Hola, te esperaba.




-¿Qué haces aquí? ¿Cómo has entrado? -Se mantiene a una distancia prudente.

-¿No me saludas?

-Podemos hablar desde esta distancia.- No quiere acercarse aunque sus ojos recorren mi cuerpo.

Cruzo mis piernas, apoyando mi codo en el reposa brazos, mis dedos comienzan un tímido juego arqueando mechones de mi pelo, los dedos de mi mano derecha dibujan semicírculos cobre mi pecho.

-¿A qué has venido?- cada palabra suya es un paso más hacia mí. Su aroma comienza a envolverme, dejándome llevar por mis instintos, me reincorporo en el sillón dejando mis brazos apoyados. Mirándolo fijamente a los ojos le respondo:

- He venido a cumplir una vieja promesa. Una de mis manos retira mi melena de mi cara, volviendo a bajar por mi rostro, mis dedos juegan con mis labios.

Sus ojos siguen el juego, sus pupilas cada vez más dilatadas me inducen a continuar con mi juego.
Dejo que mi mano baje por mi cuello hasta mi pecho, pellizco con mis dedos húmedos uno de mis pezones, erecto, me encamino al otro. Mis dos manos se dedican a acariciar mis pechos.
Noto su mirada cada vez mas encendida,

Desahoga su corbata sin dejar de mirarme, al tiempo que se sirve una copa casi instintivamente.
Mi mano se desliza por mi cuerpo dibujando sobre mi ombligo sedosos círculos, comienza a despojarse de su chaqueta, dejándola caer al suelo.

Mi rodilla se contrae apoyando mi pie en el filo del cálido sillón, su mirada mi provoca, muerdo mis labio inferior, mis dedos celosos, se apresuran a ser mordidos, esta claro, lo deseo.
Apoyado en la pared me observa.

El calor que desprende el centro de mi deseo, hace que desee mitigarlo, desciendo mi mano con suavidad, mi respiración se acelera al tacto con mi clítoris excitado, la humedad que lo inunda no me sorprende, siempre me excito de forma incontrolada.

Acaricio  mi vulva con su mirada fija en él, pequeñas descargas de placer acompasan el movimiento de mis dedos, siendo cada vez más acelerados.
Su mano acaricia su entrepierna, la silueta de su marcado pene hace que mi cuerpo se inunde en un estallido de placer cerrando mis ojos ante tal intensidad.

Bruscamente mi cabeza retrocede, de pie frente a mí, su mano acaricia mi cuello, lo miro, me sonríe con fuego en la mirada, le sonrió, sé lo que desea.
Mi mano acaricia su pene sobre el pantalón, un gemido ahogado al notar su pene palpitando en mi mano.

Bajo la cremallera, introduzco mi mano liberando su glande húmedo, lo rozo con mis dedos, su cuerpo tiembla, me siento una diosa al comprobar el placer que le dedico.
Acerco mi boca dejando que sienta mi aliento sobre él, beso la cabeza de su pene lamiéndola con mimo, su cuerpo se arquea, su cabeza retrocede.

Su impaciencia es notable, con su mano en mi cabeza presiona su cadera contra mi boca dejándola repleta de su enorme virilidad.

Mi lengua saborea cada milímetro, mis labios presionan con ansias en cada embestida. Su mano busca mi pecho apretándolo con locura, mi excitación es máxima, intento acariciar mi clítoris ansioso de caricias y enfurezco al comprobar que él me lo impide.





Con un rápido movimiento, mi cuerpo queda con él a mis espaldas, arropada al sillón sube mi pierna dejando exponiendo a él todo mi deseo.

Sus expertas manos juegan con mi vulva y la entrada de mi ano, hace que mi cuerpo se inunde el segundo de mis orgasmos no tarda en llegar, mis piernas tiemblan casi haciéndome caer, sus manos me sujetan con fuerza.

Sin pensarlo dos veces, su glande ronda mi ano, siento la presión al entrar con decisión dentro de mí.
No sé si es placer o dolor, sé que disfruto cada embestida que me dedica.

Sentado en el gran sillón, se relaja mirando cómo me visto de nuevo, dándole un suave beso, me despido:

-Promesa cumplida


Enmanuell L 8 de Octubre de 2014





lunes, 6 de octubre de 2014

Un baño al atardecer



Accedo al baño girando el pomo de la puerta, la melodía que inunda la habitación me invita a entrar.
El aroma que desprende me invade, sacudiendo todos mis sentidos, cada detalle está dirigido a guiar mi camino. Como una serpentina, la niebla de vapor escapa por la puerta dejando poco a poco visible la zona del jacuzzi.

Deslumbro su pecho calmado, regado de diminutos caminos hechos por gotas de agua que disfrutan el camino recorrido por su piel. Imagino mi lengua recogiendo y saciando mi deseo con ellas, envidiando su recorrido.

Dibujo con mi mirada la silueta de su cuerpo, desciendo por su cuello, paseando por su barba creciente, desprende el cansancio del día.
Siento el deseo de acariciarla, rozar con mis dedos sus labios entreabiertos, besar sus ojos, uno a uno.

Frente a él desabrocho uno a uno los botones de mi camisa, deslizándose  por mi espalda, me invita a compartir su baño, su rodilla emerge del agua llamando estrepitosamente mi atención, el deseo me invade al desear rozar con mi mano su piel, dejándola saciarse del camino prohibido que marca mi camino.

Entre sus piernas mis pechos encendidos reclaman el tacto de su piel, que ya creían perdido. Son mis labios los que ahora recorren su cuerpo, deleitándome en el recorrido.

Aumenta mi libido al posar mis labios sobre su pene su sonrosado pene, palpitaciones crecientes saciando mi boca, desliza sus piernas por mi cuerpo incrementando el empuje de su miembro viril.

Siento la yema de sus dedos pellizcar mis pezones excitados, guiándolos ansiosamente hacia su boca, deslizando mi cuerpo sobre el suyo hasta acceder a ellos. Me dedica un delicioso castigo, deslizando su glande por mi clítoris, llegando a desatar con desesperación el deseo de anclarme a él,  mi cuerpo se desliza  dejando que su pene habrá el camino.

Temblando de placer, navego sobre sus caderas, galopando entre la locura y el éxtasis, los gemidos de ambos dejan de ser mudos, los movimientos son cada vez más intensos, más profundos, más entregados y apasionados.

Me besa, entre intervalos muerde mis labios, su mirada ardiente incrementa el éxtasis de mi cuerpo, la respiración entrecortada ……..

…….tocan la  ventana de mi coche, excitada y acalorada me recompongo,  todo a sido un sueño.



Enmanuell L 6 de Octubre de 2014