Duele si, a veces duele, no
comprendo este “amor” en el que creí en el pasado, y ahora no estés.
El amor de mi vida, el que tanto idealice,
tan perfecto y a la vez con tantas imperfecciones, que en su momento, no me dejaste ver.
El amante perfecto, tan detallista,
romántico, sensible en cada una de sus palabras, tan varonil y decente, atrayente en
cada amanecer.
El que consigue que el tiempo se
detenga en un infinito orgasmo de sentimiento y placer, horas dedicadas a ser el único hombre
que cabe en tu ser.
Haciéndote sentir la mejor de las
mujeres, sacando de ti, ese aroma de mujer.
El mesías de mis sueños, insinuando un futuro ilusionante, tan real
y emocionante, que con solo un gesto de placer.
MI galán,, mi gran amor, con el
tiempo la rutina se instaló , una rutina diferente jugando con el tiempo y el
deseo, donde el amor , no podía ser.
El tiempo pasa, ya no hay dolor, por un instante, supe que te dí todo el cariño y amor, del que era capaz de creer.
Un nuevo amanecer apunta por el horizonte,
fuerte, con deseo, me hace rejuvenecer……he aprendido tanto de ti, mostrarme y
tal y como soy, sin miedos, sin presiones, solo como deseo ser.
Tu imagen vuelve a mi, una y otra
vez, tus caricias, tus consejos, el volver a nacer..
¿Cuánto hubiera por demostrarte la
mujer que puedo ser?
Jugamos sin miedo, por años, los
dos teníamos claro que ninguno de los dos, teníamos nada que perder.
Agradezco tanto esos momentos, los
que descubrimos juntos cada amanecer, el mismo que, gracias a ti, la vida volvió
de nuevo a mi ser.
Duele, si duele, pero la vida es un
juego , en donde todos, deberíamos volver a creer.
El guerrero de mi vida, nunca me
dejo desfallecer.
La vida te sorprende, no sé si me
volveré a atrever.
Mi musa ha vuelto, ciega, traviesa,
confusa, pero con ganas de volver a renacer.
Cierro mis ojos, lo siento, no encuentro
como puedes hacerme estremecer.
Somos dos amigos ansiosos de alejar
una soledad, una soledad, que nos deja
solos ante la adversidad.
Te quiero tanto galán, de una forma
diferente, he entendido que nosotros, no apostamos lo mismo a la hora de jugar.
Es hora de volver a jugar y quien sabe, si esta vez, quizás, ganar.